La casa de la abuela

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De mientras iba camino a la casa de la abuela, iba pensando, con la cabeza apoyada en el vidrio del auto. Que manera tan mala de empezar las vacaciones. La chica que me gusta, tiene novio, en vez de estar yendo de vacaciones a Villa Gesel, Bariloche, Córdoba o misiones como otros chicos, estoy yendo a un campo, a la casa de la abuela Marta.
 Cuando llegamos, salude a la abuela, que pareció que no tenia muchas de que yo estuviera ahí, pero bueno, ella ya era así, un poco rara. Mis papas bajaron los bolsos, que ya estaban por explotar de tanta ropa que tenían. Fui a mi habitación, para ordenar mis cosas y noté que la abuela al parecer había preparado todo. Mi cama, la mesa de luz, el ropero etc, todo estaba muy ordenado.
 Estaba afuera de la casa, despidiéndome de mis papas, que ya se estaban por ir. Me dijeron que me portara bien y esas cosas que se le dice a los hijos antes de dejarlos solos en una casa ajena. 
 Bueno, mis papas se fueron, la abuela me miró y me dijo que recorriera un poco la casa y explorara un poco el campo.
 En vez de eso, mejor decidí recostarme un rato, escuchaba a sus perros ladrar y a los gatos maullar. También pude darme cuenta que bajo mi cama, un gato estaba ronroneando, lo llamé disimulando, como si lo fuera a acariciar. Cuando estaba ya al lado de mi mano lo agarre y lo revoleé con fuerzas fuera de mi habitación. No me gustan los gatos, y menos esos, que cuando menos lo esperase iba a hacer alguna de sus necesidades en algún rincón, o peor, en mi cama.
 Una vez "sin querer" tire a un gato arriba de un perro que se encontraba durmiendo, este se molestó y de un mordisco lo asesinó. Al menos esa vez le pude echar la culpa al perro, que en si, fue quien en verdad lo mató.
 Salí de la habitación y me dispuse a explorar la casa de la abuela, empezando por las partes de afuera.

El espectro malditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora