El campo

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 Salí afuera de la casa, decidí ir a explorar un poco el campo, empezando por ir a ver a un granjero que alimentaba a las vacas que tenia la abuela en su establo. Estando ahí, le pregunté al hombre si me permitía darle de comer a una vaca, respondió sin problemas, que si. Me dio un poco de pasto seco y yo se los di a una de las vacas. La cual me causo mucha gracia como comía, me había hecho acordar a un compañero de colegio cuando comía chicle. Era realmente molesto, en la vaca no, era solo un animal, pero en las personas no puedo soportar cuando mastican el chicle con la boca abierta y haciendo tanto ruido. Esto solo se le permitía a las vacas, a ellas se les ve gracioso, no es molesto.
 Me dirigí a donde estaban los caballos, también alimente y acaricié a uno de ellos. Me preguntaba si podía montarlo, a lo que el hombre encargado de cuidarlos me pregunto si quería hacerlo. Obviamente respondí que si, pero le pedí que me enseñara a hacerlo, ya que yo no tenia idea de como.
 Luego de haber pasado un rato cabalgando, me fui a donde le daban de comer a los cerdos, pero esa parte la salteé, la verdad no me agradaban mucho, así que directamente me fui para donde había un viñedo, o sea, plantaciones de uvas. Eran mis frutas favoritas, junto con la frutilla, pero la abuela no tenia Fragarias. 
 También tenia un campo de naranjas y mas adelante uno de duraznos, estos no me llamaban mucho la atención, por lo que no quise ir para aquellos lugares, ademas, tenia que caminar bastante ya que estaban algo lejos y era un día algo pesado y húmedo. No me daban ganas de caminar asi.
 Me fui de nuevo a la casa, ya cansado, me había gustado mucho dar esas vueltas por el campo pero ahora quería explorar la casa. 

El espectro malditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora