Rosas

Miro la rosa del jarrón.

Sus delicados pétalos brillan bajo las gotas del rocío.

Quizá esta sea la rosa definitiva.

Aquella que nunca se marchitará.

Pero no.

Con el tiempo sus pétalos pierden color.

Su aroma se va esfumando en el aire.

El tallo pierde fuerza.

Ha muerto.

He perdido lo único real que tenía.

Escucho sus risas de nuevo.

Les divierte que yo pierda rosas.

Se burlan de mí.

Se alimentan de mi dolor.

Saborean mi desgracia.

Viven de mis desilusiones.

Dicen que jamás la encontraré.

Que deje de buscar.

Que me rinda.

Que todas las rosas se marchitarán.

Que yo las mataré.

Pero ellos mienten, estoy seguro.

Yo encontraré mi rosa y la tendré en mis manos.

Porque las rosas son geniales. Maravillosas. Hermosas. Inteligentes. Extraordinarias. Perfectas. Y sobre todo, reales.