La puerta sigue sonando.
Toc toc toc.
-¡Corre! Limpia la sangre del suelo, yo me llevo el cuerpo a otra habitación- le ordeno
-¿Y si entran?
Toc toc toc.
-No pueden entrar sin una orden judicial.
Ella asiente
Toc toc toc.
Rápidamente cojo el cuerpo inerte del suelo y lo arrastro hasta mi habitación.
Caray, esta mujer no se privaba de comer dulces.
Cierro la puerta y voy hacia la entrada, donde Chelsie está hablando con alguien.
-¡Sé lo que habeis hecho! ¡Os he visto!
-¿De qué habla, señora?- interrumpo la conversación.
-¡De Marta! ¡La habeis matado!
-No sé que pelicula ha estado viendo, o que sustancias ha tomado... pero le aseguro que aquí nadie a matado a nadie. Ahora si me disculpa...
Intento cerrar la puerta pero ella pone el pie.
-¿Y qué es eso?- señala mis manos- ¡Es sangre de Marta! ¡La habeís matado!
Miro mis manos manchadas.
Mierda.
-No, no... se esquivoca. Es pintura. Estamos pintando mi habitación ¿No es así Chelsie?
Ella asiente
-¡Os vi por la mirilla! ¡Vi cómo arrastrabais su cuerpo envuelto en una sábana por el pasillo!
-Y si supuestamente iba tapado por una sábaba, ¿cómo sabe que era esa tal Marta?
-¡Sé lo que vi! ¡Voy a contarselo todo a la policía!
-Si nos disculpa, tenemos cosas que hacer...- digo cerrándole la puerta
Ella pone cara de indignación y desprecio, pero finalmente vuelve a su casa.
-¡Nos ha visto! ¡Nos va a denunciar! ¡Va a llamar a la polícia! ¡Iremos a la cárcel!- exclama histérica dando vueltas por toda la habitación
-¡Cálmate! Nos puede escuchar
Ella se sienta frustrada en el sofá.
-¿Qué le diré a mi madre cuando sepa que su hija ha sido arrestada por asesinato?- murmura masajeandose las sienes
-No te dirá nada porque no se enterará. No te van a arrestar. No nos van a pillar.
Ella me mira totalmente seria
-Ya has oído a la vecina. Nos ha visto
-Su testimonio no tiene ningún valor. Si el cuerpo iba envuelto en una sábana, ¿cómo sabe que era Marta?
-No es tonta y los policías tampoco. Deberíamos deshacernos de ella.
-¿Estás loca? Ya habrá llamado a la policía. Si la matamos sospecharán más de nosotros.
Ella refunfuña.
Empieza a divagar y a murmurar cosas.
Teorías absurdas y sin sentido no dejan de salir de sus labios.
-Nos desharemos del cuerpo- sentencio
-¿Cómo?
-Podríamos llevarlo a casa de la vecina. Los policías pensarán que al denunciarnos estaba desviando la atención de ella.
-¿Y cómo entramos?
Miro el reloj colgado de la pared.
-Por la puerta. Prepárate, ella saldrá a trabajar dentro de una hora y media. Entonces entramos.
Ella asiente.
Se remanga la camisa y se dirige hacia el cuerpo, a limpiar el charco de sangre que se ha formado.
Y sin saber por qué, me siento orgulloso de ella.
ESTÁS LEYENDO
Rosas
RandomPorque las rosas son geniales. Maravillosas. Hermosas. Inteligentes. Extraordinarias. Perfectas. Y sobre todo, reales.