Música en multimedia: Last Tune - John Powell.
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Enero 10.
Amada Erelyn,
Leí tu última carta, y analizando todas, me percaté de algo de lo que no sé si tú te has dado cuenta. Es como si estuvieras escribiendo qué es el amor en cada carta, basándote en la Biblia. Sinceramente, no me sorprende, te gusta hacer eso, y a mí me encanta la idea, ya que como sabes, Corintios es mi libro predilecto, donde habla del amor, y bueno, también me encanta porque sé que así te inspiras y es cuando escribes más hermoso. No sé si lo haces a propósito o no, pero sigue así.
Quiero contribuir, y quiero partir desde la parte que dice que el amor "todo lo sufre".
Porque claro, en el amor se sufre. El amor es el superar ese sufrimiento juntos y apoyarse el uno en el otro.
Ahora, antes de seguir, quiero que no te sorprendas si me pongo tan emocional escribiendo como tú, porque me lo has pegado. También, si tú divagas algunas veces, yo lo hago tres veces más, así que no te preocupes, y discúlpame, incluso si lo hago en cualquier carta de las siguientes, para ya no tener que hacerte esta advertencia.
La primera vez que recuerdo sufrir a sobremanera, fue por tu embarazo. Claro que no era que yo sufriera como tal, sino que tú sufrías y por lo tanto yo estaba más que nada preocupado por ti constantemente.
No sé si cuenten tus cambios de humor, que te desquitaras conmigo o me culparas por cosas y otros ejemplos como sufrimiento, pero... mejor olvídalo, dejémoslo a un lado.
El punto es que sí; tú sufrías y yo me preocupaba, y así fue hasta el final, que fue lo más difícil. De por sí ya el embarazo había sido difícil, pero cuando ya nuestra hijita quería venir al mundo fue que la cosa se puso fea. Ni siquiera lo esperábamos, apenas iban a cumplirse los siete meses y se te rompió la fuente. Siempre me ha dado risa el que digas que se asemeja a unas ganas de orinar que no aguantas sin darte cuenta. Pero... ¿ya ves? Ya estoy divagando.
Hablábamos de sufrimiento, no de cosas graciosas.
Resulta que tenías una matriz bicorne. La tenías partida en dos y el bebé creció en sólo una mitad, así que no tenía mucho espacio y no se volteó, por lo que te tuvieron que hacer cesárea. El problema es que habíamos ido con nuestro doctor de un hospital que nos dijo que no pasaba nada, que todavía no iba a nacer la niña y había que esperar; fuimos a casa y esperamos, ni siquiera sé a qué, pero esperamos. Te vi tan mal que ignoré lo que había dicho el maldito señor y te llevé a otro hospital a urgencias, porque el doctor ese estaba equivocado. Nunca me cayó bien, ni en un principio, y no tengo idea de porqué seguí llevándote con él pero no debí hacerlo, porque casi te mató a ti y a nuestra hija. ¿Por qué rayos nos mintió así? Lo hubiera demandado si me lo hubiera encontrado pero no tiene caso ya. El punto es que ya en el hospital donde sí había personal decente, les contamos lo que pasó y dijeron que sí había hecho mal en decirnos eso, que la situación era crítica porque la niña ya no tenía espacio para crecer y debía nacer. Algunas cosas las supe por lo que vi, y algunas otras por lo que me dijeron los doctores o tú misma después, pero sé algunos detalles que fueron los que me preocuparon: Tenías mucha fiebre y si no se apresuraban podrían haber muerto tú, o la bebé, o ambas. Mis mujercitas.
Pero eso no sucedió, claro. Te hicieron cesárea y a la que nombramos Isabella nació con un kilo de peso. Era una cosa pequeñita sin intestino, el cual se formó en la incubadora. Sabes mi odio hacia los popotes, porque era feo para mí ver el suero que se le era administrado vía intravenosa, como sé que también era para ti. Por eso en la familia no usamos popote*. Recuerdo que al ir a ver a Isa, siendo yo el primero en verla, después de haber sido separado de ti para aumentar mi preocupación por horas, le hablé y pude ver que reconocía mi voz. Eso me enterneció y me hizo llorar.
Ésa es otro agradecimiento que agregar de mi parte: Isabella. Sé que yo también aporté, pero nunca podré imaginarme siquiera el sufrimiento por el que debiste pasar para traerla al mundo. Gracias por darme esa muestra de amor, esa pequeño bultito con vida que más tarde pude sostener con una sola mano, de tan pequeña que era, aunque ahora no pueda creer lo grande y sana que es.
La amo, te amo, las amo. Mis mujercitas.
En fin, creo que ya se alargó esta carta, pero concluiré con que ese sufrimiento vale la pena, ¿verdad? Bueno, no sé si estoy en lugar de decirlo porque fuiste tú quien sufrió más, pero lo digo porque de verdad lo siento así; Isabella es mi bello milagrito. Cabe mencionar que pensaba agregar las veces que has estado en tus días y hemos sufrido los dos, pero mejor termino aquí.
Con amor, Alex.
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*Tubo delgado para sorber líquidos. También pajilla o sorbete. Popete es el término mexicano.
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30 Cartas al Amor (#EscríbeloYa #LoveLetterV2017)
RomanceErelyn decide empezar una serie de cartas nunca entregadas a los amores de su vida, que más tarde puede que sean respondidas, y todas las cartas serán guardadas como un álbum de recuerdos familiar, para nunca olvidar qué es el Amor. ♠ Gracias a mi q...