"LINDA CASUALIDAD" TERMINADO

11

Lali se despertó con el sol brillando en la ventana del dormitorio. El espacio a su lado estaba vacío, y olía a tocino frito. Sonrió. Peter debía estar en la cocina preparando el desayuno.

Se estiró y se bajó perezosamente de la cama. La camisa de franela de Peter estaba en un montón en el suelo, y ella la cogió. Se la puso, dejándola desabrochada por delante. Su aroma la rodeaba, y envolvió la camisa más apretadamente a su alrededor.

Ella anduvo descalza fuera del dormitorio hacia la cocina, con una sonrisa perversa en su cara. Le atormentaría con algunos vislumbres de esos anillos para los pezones que tanto le gustaban. Para cuando el desayuno estuviera hecho, él iría con una erección.

Dobló la esquina, dejando que su camisa se abriera un poco más y dejó salir un chillido de sorpresa. Tiró de la camisa para cerrarla y miró a Nico que estaba de pie en la cocina apoyado en la encimera.

Ella comenzó a retroceder, pero Nico cerró la distancia entre ellos.

―Yo... yo no sabía que estabas aquí ―farfulló.

Se agarró de la camisa aún más fuerte, segura de que su rostro estaba rojo como un semáforo. Para su sorpresa, Peter se quedó junto al fogón, su expresión de interés mientras la miraba.

Nico se detuvo frente a ella y alcanzó su mano. Él la tiró hacia adentro de la cocina.

―Vamos, Lali ―le dijo. ―Me has visto desnudo. Es hora que me

devuelvas el favor.

Se estremeció ligeramente bajo su intensa mirada.

―¿Es esto una broma o algo así?

Nico pasó la mano por la solapa de su camisa, empujándola ligeramente de lado hasta que sus senos se asomaron por el borde.

―No es broma. Hemos sido amigos desde hace mucho tiempo, Lali. Yo no quiero hacerte sentir incómoda, pero no creo que lo estés. Creo que estás encendida como yo lo estoy ahora.

Ella ladeó la cabeza confusa y lanzó una mirada de pánico a Peter.

―Deja de joderla ―dijo Peter.

―Quieres un trío ―dijo Nico. ―Peter y yo queremos darte uno.

Su boca se redondeó a una O y sus ojos se abrieron. Los dedos de Nico frotaron a través de sus pezones, agitando ligeramente los anillos.

Ella miró por encima a Peter de nuevo para verlo mirándola atentamente.

―Si no quieres esto, sólo tienes que decirlo ―dijo Peter en voz baja. ―No queremos hacer nada que te haga sentir incómoda.

―¡Guau! ―susurró ella. ―Quiero decir, yo no sé qué más decir. ¿Estás de acuerdo con esto? ―le preguntó a Peter.

Él sonrió.

―¿Quién crees que invitó a Nico?

―Mierda ―sacudió la cabeza, insegura de si estaba o no soñando. Un trío. No con extraños. Con dos hombres en quienes ella confiaba implícitamente. Dos hombres que se preocuparían por ella y sería bueno. No había mucho que pensar.

―¿Qué dices, Lali? ―murmuró Nico.

Ella asintió. ―Muy bien.

Nico empujó su mentón con los nudillos, y miró a sus cálidos ojos marrones.

―No quiero que las cosas sean incómodas para nosotros. Hemos sido amigos mucho tiempo para eso.

Se inclinó y rozó sus labios a través de los de ella. Su barba se frotó suavemente en la barbilla. Burbujas de excitación tomaron vuelo en su pecho. Ella se relajó contra él, y él profundizó el beso.