Capítulo 4

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"¡Ay!" –gritó Elrohir cuando se resbaló con el barro y cayó con fuerza sobre su espalda.

Elladan se acercó y lo ayudó a levantarse.

"¿Estás bien?"

"Estoy bien, es solo mi orgullo –Elrohir hizo una mueca mientras quitaba algo de barro de su ropa-. No me gusta esto. Mi túnica está arruinada."

Elladan sonrió.

"¡Qué vanidoso eres! ¡Deberías verte en el espejo! ¡Pareces una rata ahogada!"

"No lo necesito. Somos idénticos, ¿recuerdas? ¡Sé cómo me veo solo con mirarte!"

"¡Bueno, eso nos convierte en un par de ratas ahogadas! –bromeó Elladan, pero dejó de reírse al ver un deslizamiento de tierra unas cuantas yardas más adelante-. Espero que no los haya alcanzado. Se ve mal."

"¿Pero y si los alcanzó? –dijo Elrohir, con la esperanza de equivocarse-. ¿Podrían haber sobrevivido?"

"No lo sé. Vamos a mirar, por si acaso."

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Para Legolas el tiempo pasaba volando. Solo era consciente del cuerpo inerte de Keldarion en sus brazos mientras seguía proporcionándole aire. Se estaba debilitando y sus movimientos eran cada vez más lentos. Su cuerpo exhausto le suplicaba por un descanso, pero se negaba a detenerse.

Keldarion había dejado de moverse hacía rato, pero Legolas no se atrevía a pensar que podía estar muerto.

¡No voy a parar! Gritaba Legolas mentalmente. ¡Esto no ha terminado! ¡Por favor, Kel! ¡No te vayas!

Pero su cuerpo empezaba a fallarle. Tenía problemas para respirar y a eso se le sumaba el dolor cegador en el brazo. Sabía que pronto iba a ser incapaz de continuar.

Esto no ha terminado... pensó Legolas débilmente mientras perdía la consciencia. Y entonces empezó a caer al agua.

Casi de inmediato, un par de manos lo agarraron y tiraron de él para enderezarlo.

"¡Legolas! ¡Estamos aquí, amigo! ¡Aguanta!" –oyó Legolas que gritaban como si estuviera muy lejos.

"¡Valar! ¡Keldarion está atrapado bajo el agua!"

"¡¿Qué?! ¡Por favor, dime que no se ha ahogado!"

"No lo sé. Tenemos que levantar el árbol y liberarlo."

Legolas no entendía del todo el tumulto a su alrededor. Estaba apoyado contra el árbol, así que sintió cuando se movió. Una parte de su mente le dijo que debía ayudar, pero no sabía cómo ordenarle a su cuerpo que lo hiciera. Y cuando la correa se soltó de su cuerpo, entró en pánico. ¡No! ¡No te lo lleves! Intentó gritar. Pero solo emitió un gemido.

"Está bien, Legolas. Lo tenemos" –dijo una voz familiar. Entonces lo levantaron del agua y lo dejaron suavemente sobre el suelo.

Un momento después, Legolas parpadeó y vio a Elrohir mirándolo. Su amigo sonrió.

"Hey."

Legolas intentó hablar, pero en lugar de eso tosió.

"Tranquilo, tranquilo. Respira profundamente" –le dijo Elrohir, frotándole el pecho con una mano.

"K... Kel –Legolas logró estirar una mano-. ¿Dónde...?"

"Elladan lo está atendiendo" –dijo Elrohir seriamente, señalando a su hermano que le hacía la respiración boca a boca a Keldarion a unos pies de distancia.

TifónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora