Capítulo 17: ¿Bailar?

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Hoy desperté entre una nebulosa blanca, cada vez me encuentro más confundida, supongo que la nada me está tragando lentamen­te... o quizá rápido, no lo sé. En realidad, ni siquiera puedo entender más al tiempo... aunque a decir verdad, el tiempo siempre ha sido ininteligible para mí.

Con el paso de los minutos y el enorme esfuerzo mental que hago, voy disipando las tinieblas que quieren tragar mi alma y logro re­cordar tus ojos... Podría decir que ellos son mi ancla, lo primero que recuerdo cada día, y estoy segura que será el último recuerdo que per­deré. Cuando ese par de ventanas se hayan borrado de mi mente, el cielo se habrá apagado para mí, y no necesitaré seguir existiendo.

Esta enfermedad es cruel porque no está matando mi cuerpo, sino mi alma misma. Se lleva mis recuerdos y con ello se lleva mi esencia, pues ¿quién soy yo sin mis recuerdos si es solo en ellos en donde vives tú?

—¿Se lo escribía a tu abuelo? —pregunté cuando Bruno se detuvo en su lectura y suspiró.

—No hay ningún nombre, pero supongo que sí —dijo y hojeó las páginas y deteniéndose en una de las primeras.

Hoy me he enterado de que sufro Alzheimer, últimamente he es­tado confundiendo los nombres de las cosas y algunas veces, cuando quiero decir algo, las palabras se me borran de la mente. He decidido escribir aquí mis recuerdos más especiales, para leerlos todos los días cuando las tinieblas se apoderen de mi mente.

Hay tantas cosas que no quiero olvidar, los nombres de mis nie­tos, por ejemplo. Me hubiera gustado que los conocieras. Alejandro es tan parecido a su madre, tan responsable y perfecto, que a veces me da pena, no quisiera que tuviera una vida tan triste como Gloria. Nahiara es una princesa hermosa, es divertida y juguetona, siempre se disfraza y juega a que se convierte en una gran estrella; creo que lo logrará, puedo verlo en su mirada. Y luego está Bruno, mi niño fa­vorito. Sé que no debería decir que tengo un nieto a quien quiero más entre los tres, pero todo en Bruno me recuerda a ti. Su cabello negro de rizos rebeldes, sus ojos enormes y tan brillantes, con esa chispa curiosa y alegre que calienta mi corazón.

La chica de los colores ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora