o n e s h o t t r e s

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Punto de vista de Nate:

"Be in the bed all day, bed all day, bed all day
Fucking in, fighting on
It's our paradise and it's our war zone
It's our paradise and it's our war zone"

Tarareo en bajo volumen la canción de el ex integrante de One Direction que estaba sonando en la radio,mientras le doy golpecitos al volante y observaba la carratera. Es de noche, te puedes dar cuenta por las estrellas que se asoman en el celeste (ya casi azul) cielo. Sammy y yo nos dirigíamos finalmente a casa luego de jugar basketball por casi 3 horas con los Jacks.

—Sammy —Lo llamo bajito, mientras le golpeo suavemente su pierna. No responde.

—Sammy —Demando, esta vez más fuerte. Solo escucho el ruido del silencio. Gruño por no obtener una respuesta y giro mi cabeza para ver porque no me responde y me encuentro con la imagen de un dormido Sammy, con la boca semi abierta y la cabeza apoyada en la ventana del vehículo, en posición fetal.

Se me escapa un "aww" mientras sonrío por la tierna imagen. Cuando me doy cuenta de lo que acaba de pasar me golpeo mentalmente. "¿Que mierda fue eso,Nate? Es solo tu amigo" Me reto a mi mismo. A pesar de mi enojo hacia mi mismo, no me puedo contener y le saco una foto para subirla a Snapchat.

Le empiezo a codear suavemente el muslo para que se despierte.

—¿Nate? ¿Qué pasó? —Dice, confundido por los repentinos golpes, en un tono cansado.

—Nada, quería saber si pasamos a comer por algún lado o te llevo a tu casa directamente.

—Llévame a casa mejor —Me responde, luego de pensarlo un poco—. Lo siento, estoy muy cansado.

—No te preocupes, lo entiendo —Le digo. Él asiente y se vuelve a acomodar para seguir durmiendo. Sigo manejando un par de minutos más hasta llegar a su departamento al ritmo de PILLOWTALK —. Sammy, hey, Sammy despiértate, llegamos —Le digo, golpeando su hombro.

—Espera, Nate estaciona el auto — Me dice. Lo miro alzando una ceja pero obedezco su orden y estaciono el auto en la entrada de su garaje, para después apagarlo.

—Listo. ¿Qué pasó? —Le pregunto.

—Cárgame hasta el apartamento.

—¿Que yo que?

—Que me cargues hasta la habitación.

Lo observo con una mueca de confusión mientras el me ruega.

—Joder,Sammy,lo haré, esta bien —Digo. No me pude negar, en otra ocasión, si me hubiese dicho eso me le hubiese reído en la cara , pero hoy fue diferente, tal vez haya sido el brillo en su mirada, o sus labios haciendo un tierno puchero, o sus largas pestañas batiéndose rápidamente, siendo sincero, no se lo que pasó esta vez, pero simplemente no me pude negar.

Cierro la puerta del auto, para después abrir la de Sammy y desabrocharle el cinturón de seguridad que lo tiene acorralado.
Lentamente, paso un brazo por abajo de sus hombros y otro por sus rodillas, lo levanto y lo acerco un poco a mi, acurrucándolo en mi pecho. Su cabeza se apoya en mi corazón, y tengo miedo de que se de cuenta de la velocidad en la que este esta latiendo. De lo que su toque repentinamente provoca en mi.
Cierro la puerta del coche ayudándome con una de mis piernas. Sam pasa un brazo por mi espalda y otro por mi hombro, abrazándome más fuerte. Tiemblo ante la acción, siento sonrojarme y mi corazón esta a punto de explotar. Siento fuegos artificiales en mi estómago por el simple hecho de que me abrazó.

—Eh, Sammy, ¿Donde están las llaves del departamento?

—En mi bolsillo trasero.

Mi cara se transforma en una mueca de asombro por solo pensar que voy a tener que toquetear... Ahí para sacar sus llaves. Lentamente, saco el brazo en el que tenía apoyadas sus piernas para que el se apoye en el piso y así poder sacar sus llaves.

—No, no hagas eso —Protesta, para luego dar un pequeño saltito y enrollar sus largas piernas en mi cintura y sus manos enredarlas en mi cuello. Apoya su carita en mi cuello. Siento mis mejillas arder por los sucios pensamientos que mi mente crea por estar en esta pose.

Lo apego a mi con más fuerza mientras suelto una mano de un lado de su cintura para empezar a toquetear en el bolsillo de su jogging. Gracias a la posición en la que nos encontramos podría decirse que se siente como si le estuviera tocando el culo en vez de  la prenda de ropa. Saco la llave y la introduzco en la cerradura de la puerta, luego de darle un par de vueltas la puerta se abre, permitiéndonos entrar a la seguridad del hogar de Samuel. Subo las escaleras torpemente, todavía sorprendido por la cercanía entre él y yo. Todavía sorprendido por lo que puede causar en mi.

Abro la puerta de su habitación y lo apoyo suavemente en la cama, como si fuera un jarrón costoso, como si estuviera hecho de porcelana.

—Nate  —Susurra, con los ojos cerrados.

—¿Sí?

—Quédate.

No lo pienso ni un segundo y acepto.

—Ven aquí.  —Le da palmaditas a su cama. Me siento suavemente a unos centímetros de él.  —Ayúdame a sacarme la ropa, estoy cansado  —Dice, y se recuesta en la cama.

Lo pienso unos segundos antes de acercarme a él y comenzar a subirle lentamente la remera deportiva, para después tirarla en un lugar de la habitación. Una vez que lo hago, no me puedo resistir a observar su abdomen por unos segundos. Observo su pequeña cintura y sus marcados abdominales, y no puedo alejar las ganas de pasar mis dedos por todo ahí. Sacudo la cabeza para reaccionar y salir fuera de mis pensamientos y le saco sus Vans negras, las dejo en el piso junto con sus medias y voy por lo más difícil; sus pantalones. Me subo a la cama otra vez (había tenido que bajarme para sacarle los zapatos) y tiro suavemente del borde del jogging; esta acción hace que mis dedos rocen suavemente su piel, enviándome choques eléctricos. Agarro el borde con más fuerza y tiro hacia abajo. Dejo los pantalones en el piso y me limito a observar la magnífica vista que tengo delante mío: un Sammy semi-desnudo, mirándome con los ojos entrecerrados y abriendo sus brazos para que vaya a dormir con él. Me empiezo a sacar mis prendas, pero a diferencia de él me las quito apresuradamente, como si   él se fuera a ir si no me apuro.

  Es demasiado tarde cuando me doy cuenta de que vamos a dormir los dos en bóxers: ya no me importa el hecho de que esto este mal, que somos mejores amigos, que somos hombres, ya no me importa porque estoy cegado, hipnotizado por la belleza de el chico esperando por mi en la cama, una belleza que estuvo ahí siempre, pero que nunca me di cuenta de su presencia.

Me acerco lentamente y cuándo estoy a punto de envolverlo en mis brazos, el se da vuelta quedando cara a cara conmigo.

—Sammy ¿Que mierda estamos haciendo?  —Lo corto antes de que diga algo. Le digo en un tono calmado, como si le estuviera hablando de algo sin importancia.

—Se que esto está mal, Nate, no se que mierda estaba pensando cuándo te dije que te quedaras,pero de algo estoy seguro: Nunca me había sentido tan bien en los brazos de alguien hasta ahora.

Conmovido por las palabras, atraigo lentamente hacia mi y lo beso. No es un beso grotesco, muy apasionado y con mucha lujuria, si no uno más bien lento, con amor, con sentimientos. Me agarra de la cintura para acercarnos más el uno al otro, y yo juego con su recientemente rubio pelo. El toca mi abdomen tímidamente, en un roce divino. Deshacemos el beso, después de un momento, con una sincronización sorprende, y quedamos cada a cara, con nuestras narices rozándose, y nos observamos el uno al otro, sin decir nada, solo nos observamos, como si quisiéramos guardar cada detalle del otro en nuestra mente, como si fuéramos arte.

Acaricio su mejilla y él cierra los ojos, disfrutando del tacto de mi mano contra su suave piel. Le doy un beso en la frente y el se da vuelta, apoyándose mas en mi. Lo agarro por la cintura en una manera protectora y enredo mis piernas con las de él, y así voy cayendo en un profundo sueño, aspirando su aroma y sintiendo el choque de nuestros desnudos cuerpos juntos, queriéndome guardar cada segundo de esta situación, en lo más profundo de mi corazón, para siempre.

skammy one shots (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora