Capitulo 24.- Del odio al amor solo hay un paso

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Pareciera que a todas las embarazadas se les ocurrió tener a sus bebés justo este día, desde las seis de la mañana hasta ahora que son las diez, mínimo ha habido unos 12 nuevos ciudadanos.

-jamás había visto a tantos bebés juntos en el cunero- dijo jeannine tomando su desayuno habitual, avena con fruta y un panque de frambuesa, yo opté por un yogurt con granola al igual que fer.

-dímelo a mí, yo tuve que registrarlos,  las madres de ahora eligen nombres tan raros para sus hijos… cuando yo tenga uno me aseguraré de ponerle un nombre normal- fer dejó de hablar para comenzar a reír, la miré como si estuviera loca, porque lo parecía, entonces comprendí él porque de la risa, josh devine, se encontraba detrás de jeannine sosteniendo un globo que decía “bésame”.

-bueno, creo que nosotras sobramos aquí, nos iremos a desayunar a otra mesa- fer y yo nos levantamos con nuestros desayunos, no fuimos muy lejos tampoco, ambas queríamos observar a la pareja recién formada, increíble que fer lograra juntarlos, después de todo, ellos se odiaban, parecía algo indestructible aquel odio, pero como dicen por ahí “del odio al amor solo hay un paso”, creo que ellos ya lo dieron.

Narra josh devine*

Camino al trabajo pensaba en las formas, en las miles de formas que tendría para molestar a jeannine el día de hoy, ella ya no podría insultarme o golpearme o lo que sea que antes hiciera ya que tenía que fingir que me ama, me detuve a comprar un globo que decía “bésame” en letras blancas.

Entré a la cafetería del hospital con una sonrisa en mi rostro, no podía evitarlo, verla enojada era una de mis actividades favoritas del día. Ella se encontraba de espaldas a mí, mientras que fer y _________ me veían.

-bueno, creo que nosotras sobramos aquí, nos iremos a desayunar a otra mesa- ambas se levantaron con sus bandejas de desayuno, jeannine se giró a verme, hoy no llevaba el cabello suelto, sus rizos fueron aplacados con una cola de caballo alta, no se veía nada mal, pero aún así la odio, hay algo en ella que no sé que es que me molesta.

-genial… ya llegaste, “cielo”- su sarcasmo solo me hizo más feliz, todavía ni abría la boca cuando ella ya estaba molesta, jalé una silla que estaba enseguida y me senté sin dejar de sostener el globo de helio.

-toma… es para ti, “cariño”- jeannine miró el globo como si aquello fuera un insulto, reprimí mis ganas de reír porque entonces ella se desesperaría y comenzaría a golpearme.

-¡awww no te hubieras molestado, AMOR!- todo el mundo en la cafetería nos vio, ¿Qué pretende?, ya es bastante malo tener que fingir frente a fer, ahora quiere fingir delante de todos nuestros colegas, ¿o qué?, eso no podía ser, si las enfermeras sexys y solteras se daban cuenta que yo estaba ocupado, ya no se me acercarían, se acabarán mis noches de soltero, aggh, no debí haber convencido a jeannine de hacer esto, yo solo quería molestarla, y dejar de hacer que fer nos molestara a nosotros, por favor, como si yo pudiera enamorarme de alguien que me cae mal desde el jardín de niños.

-deja de gritar, tengo una reputación que mantener- le dije hablándole en voz baja para que nadie escuchara, aunque aún mantenía mi sonrisa hipócrita.

-¿tienes una reputación?-

-claro que sí-

-a ser un est’upido yo no lo llamaría una reputación, más bien es tu personalidad-

-no te soporto-

-yo menos- fer se acercó a la mesa, entonces de mirarnos con odio jeannine pasó a tomar mi mano.

-oww, que lindos se ven… ¿les dije o no que acabarían juntos?, desde que los vi lo supe- aquella chica estaba loca, fer era la única demente que se tragaba ese cuento, a ellas dos, a fer y jeannine las conozco desde que estaba en preescolar, siempre me llevé bien con fer, pero lo que es con jeannine, simplemente no congeniábamos en nada, como no hablamos ni tampoco somos amigos, la única impresión que me da es la de ser un tempano de hielo, la primera vez que me mostró odio tendríamos unos 4 años, yo accidentalmente derramé pintura de agua color azul en su falda blanca, ¡era pintura de agua y fue un accidente!, jamás me perdonó, creo que aún no lo hace, desde ese entonces, la guerra se declaró, luego en primaria calló la cortina entre niños y niñas, por lo que la veía menos en la escuela, en secundaria fer comenzó a molestar con eso de que su amiguita y yo nos gustábamos, mentira absoluta, solo me gustaba molestarla, en preparatoria, nuestros caminos se separaron, mi padre fue transferido a Manchester por lo que me mudé, para luego tres años más tarde volver a la universidad de Londres a estudiar medicina, oh sorpresa que me llevé al verla en mi clase, definitivamente la vida me odia, luego resultó que ambos conseguimos trabajo en el mismo hospital, habiendo tantos en Londres.

Fin de la narración*

MY GIRL 2 (LIAM PAYNE Y TU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora