EPILOGO.

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(liam)

- “Hace mucho, mucho tiempo, el primer rey del los

duendes había almacenado toda las riquezas del

mundo. El pueblo lo apreciaba porque el reino

había progresado pero aun así, él se sentía triste y solitario,

sobre todo cuando, desde la parte más alta del

castillo, veía la felicidad que reinaba en su pueblo. Un hada que lo miraba desde el aire advirtió

su pesar. Así que una tarde, junto a la ventana, lo fue visitar.

El rey se sorprendió al verla, porque jamás había

visto a un hada, pero no se asustó. Era muy

conocido por su amabilidad y bondad, así que la

invitó a pasar.

Ella entró muy complacida y se maravilló con el

esplendor con el que el rey vivía: su cama era

de marfil; sus almohadas, hechas con plumas de

fénix; las velas que lo alumbraban las habían encendido

con la flama de un dragón; las sillas y

todos los muebles eran de oro; y el espejo que

estaba junto a la ventana era de diamante pulido.

“Sin embargo, el hada advirtió que el rey estaba

triste. Él miraba a través de la ventana… Veía a las personas cogidas de las manos, alegres,

abrazándose con cariño y regalándose besos con

gran ternura. Tristemente, el rey le respondió:

—He almacenado todas las riquezas del mundo,

todo el oro, toda la plata, toda y cada una de las

piedras preciosas. Pero aún no he encontrado lo

que más deseaba encontrar.

Ella lo miró atónita: ¿qué podría querer alguien

que lo poseía todo y que era tan amado por su

pueblo?

¡Oh, mi rey! ¿Qué podrías querer que no tengas ya?

Él desvió la mirada, un poco apenado, y sus mejillas

se ruborizaron antes de responder:

—El amor. He almacenado todas estas riquezas

buscando el amor. Lo he buscado bajo cada piedra,

donde solo encontraba rubíes y diamantes; en el

fondo del mar, donde solo hallé perlas; en las montañas,

de donde solo brotaba oro y plata. Hasta

dentro de las fauces de un dragón, donde solo hay

fuego. Pero sin importar mis esfuerzos, siempre fallaba.

Ahora tengo el cabello blanco y muchos años

encima, he perdido las fuerzas de los jóvenes y los

caminos se me hacen cada vez más largos.

El rey suspiró largamente y el corazón del hada de

estremeció.

—Has sido muy fuerte, mi rey. Has vagado por

MY GIRL 2 (LIAM PAYNE Y TU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora