En el puerto

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-Julian! Julian! Vas a llegar tarde al bus!-la madre de Julian estaba nerviosa.

-Ya me levanto! -dijo Julian con pereza, Julian era muy perezoso.

-Llegarás tarde al bus que te lleva al puerto-dijo su madre con mucha impaciencia-Y no querrás perderte las vacaciones en el Colosal.

-¡Anda es verdad que hoy vamos al barco!-Julian se dió toda la prisa del mundo en desayunar y ducharse, luego se vistió, se despidió de sus padres con un beso y un fuerte abrazo, cogió la maleta y se puso delante de su casa a esperar que el bus llegase.

Cuando el bus llegó, vió a todos sus compañeros super contentos y excitados, él, como siempre, se sentó solo. El viaje en autobús era largo, pues tenían más de 1 hora y media. Durante el viaje se entretuvo con el móvil y poca cosa más. En algun momento intentó hablar con algun compañero suyo.

-¿Sabes que el Colosal mide 361 metros de largo?-preguntó a George, uno de sus compañeros.

-No me interesa para nada saber cuanto mide el barco-respondió George con desprecio-.Yo solo quiero subirme allí y vivir la vida, encontrar gente de otra escuela, no sé algo que no sea lo que hacen los pringados como tú. Julian no se sintió ofendido por el comentario, pues es lo que le acostumaban a decir.

Dos hileras más adelante allí estaban, charlando, riendo, las dos personas a las que Julian más odiaba pero a la vez temía. Dos chicos de alturas completamente opuestas, uno con el pelo rubio y el otro con el pelo negro, uno lo llevaba largo y otro corto. En el físico eran completamente opuestos pero en el carácter igual de perversos y matones. El alto rubio de pelo largo se llamaba Jim, el bajito de pelo negro y corto se llamaba Danny.

Julian los odiaba desde que había entrado en primero de la eso, pues le habian hecho de todo, por ejemplo: este mismo año le tiraron un cubo de basura encima, en segundo lo lanzaron al rio, en tercero le empujaron por las escalera y en cuarto aún no había pasado nada, por eso Julian estaba tan preocupado por lo que podria pasar en el Colosal.

Se pasó tanto rato pensando en una venganza que ni se dio cuenta de que ya estaba en el parquing del puerto.

-Dios mio-decian unos.

-Anda es enorme-decian otros-. Julian miró por la ventana del bus y se quedó boquiabierto. Un compañero suyo dijo:

-Es un barco colosal!

-De ahí su nombre-respondió Julian.

MS ColosalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora