El coraje

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Los dos adolescentes no podían hacer nada contra la fuerza de la corriente del agua que los llevaba por los pasillos como si fueran de juguete empotrandolos contra todas las paredes. Cuando Steve pensó que se desmayaba vio donde acababa el pasillo, en el gran comedor, así que cuando entraron en el gran comedor arrastrados se cogieron en unas escaleras que habían y empezaron a subir calados hasta los huesos.

-Que suerte hemos tenido-comentó temblando Steve-. Si el pasillo llega a dar en la piscina no se yo que habríamos hecho con tanta agua.

-Sí, tienes razón-le contestó Julian-. ¿Por cierto, no has notado que el barco se inclina un poco?

-Es verdad-reflexionó Steve-. Ahora que comentas eso de la inclinación, ¿cuanto hace que hemos raspado con el islote?

-Creo que hará casi una hora y cuarto, ¿y que tiene que ver eso con la inclinación del barco?

-Pues que si llevamos una hora y cuarto desde la colisión y el barco se empieza a inclinar un poco significa que el barco tardará una hora más calculo yo.

-Si¿y qué?

-Pues que tenemos dos opciones, o vamos a los botes ya o si no quedan vamos a la proa que será seguramente la parte del barco que se hunda último.

-Y que más da que nos quedemos sobre el barco hasta que se hunda, antes o después llegaremos al mar y moriremos congelados.

-Yo voto por ir a los botes.

-Yo también.

Julian y Steve se dirijieron a los botes pero nada, había mucha gente en los dos lados del barco, así que fueron a la popa para ver por donde llegaba el agua. Cuando llegaron se llevaron una sorpresa, la valla de la popa estaba ya unos 5 metros por debajo del agua. 

Se disponían regresar cuando dos chicos pasaron por allí corriendo y diciendo:

-¡Apartad ñiñatos de mierda!

Julian los reconoció, eran Jim y Danny. Julian entonces no pudo más y rebentó, corrió detrás de ellos y cogió a Danny por el cuello, lo empotró contra la pared y le dijo.

-Ya estoy harto de que siempre me hagáis lo mismo. Ni en un momento tan peligroso como estamos no podéis dejar de insultarme, pegarme. ¡Pues esto se acaba hoy! Ya no voy a ser el cagado que huye, no no, a partir de ahora como os metáis conmigo lo vais a pagar muy pero que muy caro. Espero que haya quedado claro ¡¿Entendido?!

Danny asintió con terror en sus ojos y Jim simplemente se marchó corriendo. Julian se quedó muy tranquilo al saber que por fin había podido enfrentarse a los matones y plantarles cara.


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