Avery se despertó entré los brazos de Alonso, alarmada, se incorporó porque vio la luz del día. Miró su teléfono y ya eran las ocho. ¡Joder!
De pronto, escuchó pasos hacia la puerta de Alonso. Sin tiempo de maniobras se quedó paralizada.
¡Joder otra vez! Estaba desnuda, estaba en la cama con Alonso, estaba abrazada a Alonso, maldita sea, era Alonso, el sometido.
Cuando abrieron la puerta ella cerro los ojos con fuerza esperando a la loca de la madre de Alonso, pero dios, Maria, Jesús, José, satanás y Goku estaban de su lado. Era Martino.
-Avery, joder, ¿Qué haces aquí? Tienes que irte.
-¡Me quede dormida! Lo siento, lo siento. Mr V, tengo que vestirme.
Martino se giró y ella comenzó a vestirse. Alonso se estiró en la cama y se dio la vuelta. Frunció el ceño al ver a Avery intentando encajar en los pantalones y a Martino de espaldas.
-¿Avery? -preguntó adormilado Alonso.
-¿Pero qué han hecho? -preguntó Martino-. Esperó que hayan usado protección.
-¡Martino! -reprimió ella.
-¡Qué yo no juzgó! Sólo me preocupó. ¿Te imaginas que mi hijo sea padre?
-Por eso no te preocupes, Martino.
Ella tomó sus cosas y miró a Martino.
-¿Ya te vas? -preguntó-. Quedate un poquito más.
-Tu madre esta cerca -lo beso en la frente-. Volveré a verte, lo prometo.
Alonso tiró de ella para besarla en los labios. Martino sonrió mirándolos. Sonrió pensando en que su hijo hace tan sólo unas semanas era completamente distinto...ahora parecía que le gustaba besar a Avery sin importarle los gérmenes.
-Te quiero -sonrió Avery siguiendo a Martino.
Saliendo de la habitación, Martino le dijo que se escondiera en el armario de la limpieza mientras ellos se iban a trabajar. Menos mal que salieron de la habitación de Alonso por que Columba entró minutos después a ver como estaba su pequeño.
-Alonso -llamó Columba a Alonso, que estaba en la ducha-. ¿Qué tal cariño?
Entrando en la ducha, Alonso se cubrió mirando a su madre con expresión de horror.
-¡Mamá! -reprimió.
-No tienes nada que yo no te haya visto...
Se quedó callada abriendo mucho los ojos ante una marca amoratada que tenía en el cuello.
-Alonso Villalpando Camarena -dijo con tono bajo, amenazador-. ¿Qué es eso que tienes en el cuello?
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Pequeño Inocente -Alonso Villalpando-
Fanfiction¿Inocente, un hombre? Jamas se ha visto en la historia de la humanidad. Timidez, inseguridad y sobretodo inocencia eran los perfectos aspectos para describir a Alonso Villalpando. Con veinte años, uno setenta y ocho de estatura e inteligencia asombr...