Era de madrugada cuando ella se coló por la ventana de Alonso. Tuvo que escalar por el tejado pero la cuestión es que había llegado sana y salva...y no entiende como.
Abrió la ventana con suavidad. Alonso dormía profundamente, pero al oír el ruido se sobresaltó gritando del susto. Ella le hizo muecas exageradas y cuando escuchó a Columba correr por el pasillo, tuvo la única opción de esconderse bajo la cama.
—Alonso —entró Columba—. ¿Qué te ha pasado?
—Nada...hmm...una, una, un...una pesadilla —tartamudeó.
—¿Qué susto más grande? Estaba despierta leyendo pero creo que... —bostezó—. Creo que me voy a dormir.
—Buenas noches, mamá.
—Buenas noches. No sueñes con mujeres, son todas horribles.
Ella hizo los ojos en blanco debajo de la cama. Cuando Columba se fue, ella se aseguró de oír que cerraba su puerta y luego nada. Silencio.
Ella se levantó mirando a Alonso mientras reía.
—Casi —suspiró de alivio ella—. ¿Cómo estás?
—Bien...mejor. ¿Qué has venido a hacer?
—Quiero dormir aquí —lo miró a los ojos.
—¿Aquí? Oh, está bien —le pasó una de sus almohadas—. Toma, la alfombra es muy cómoda, de verdad. Que tengas una bonita noche.
—¿Es en serio? —lo miró mal.
—Hmm. ¿A qué te refieres?
—¡Quiero dormir contigo! En tú cama.
—Oh, vale —se hizo a un lado y ella se quitó él abrigo, los tenis, los jeans, la sudadera...quedándose sólo en camiseta, sin sujetador obviamente y en bragas.
Ella se acomodó a su lado y lo abrazó por el torso besando su cuello con suavidad.
—Hmmm...—gimió suavemente Alonso—. Sigue.
Ella seguía acariciando a Alonso y besándole el cuello. Pero iba más lejos, así que le quitó la camiseta. Alonso la miró con tanta curiosidad a la vez con miedo a lo desconocido.
—¿Pu...pu...puedes quitártela tú también? —tartamudeó poniéndose rojo de la vergüenza.
Ella, sin problema, se la quito. La vista de Alonso fue directamente a sus senos. Sonriente, Avery tomó una de las manos de Alonso y la dirigió a uno de sus senos.
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Pequeño Inocente -Alonso Villalpando-
Fanfictie¿Inocente, un hombre? Jamas se ha visto en la historia de la humanidad. Timidez, inseguridad y sobretodo inocencia eran los perfectos aspectos para describir a Alonso Villalpando. Con veinte años, uno setenta y ocho de estatura e inteligencia asombr...