Piso con determinación mientras me arraigo de los troncos para evitar caerme. Mis manos tiemblan y las cartas con ellos.
No sé a dónde me dirijo, ni siquiera sé que busco.
Me detengo en seco en medio del bosque. Los árboles tratan de ocupar cada metro de tierra virgen mientras el sol del mediodía traspasa las copas.
Claro que estuvimos aquí pero ¿cómo se supone que debo identificar el lugar exacto? No hay coordenadas ni malditas indicaciones. Camino en círculos buscando algo con la mirada, quizá un cartel, una seña, lo que sea que me guíe a donde sea que debo ir.
Después de cinco minutos más de caminata freno mi cuerpo guiado por la lógica de saber que es imposible encontrar algo que no sabes que es.
Suspiro y abro las cartas. La impaciencia crece y la ansiedad con ella.
Vamos Alexandra...¿dónde estas?
Como si fuera a propósito, la frase golpea resonando en el fondo de mi cabeza.
El lazo dura para siempre.
Ahora reconozco el claro en el cual me encuentro. Estamos los dos en el medio del verde, hablando.
Camino lentamente con miedo a olvidar lo que mi mente comienza a mostrarme.
Es un recuerdo.
- Entonces dices que crees en el destino...
- Por tercera vez James, creer en que las cosas van a darse de cierta manera no quiere decir creer en el destino.
- Alexandra...esa es exactamente la definición de la palabra 'destino'.
- Para tu información, la palabra 'destino' no quiere decir lo mismo que 'estar destinado a algo'... ¿sabes qué? He perdido el hilo de la conversación.
- Me encanta que te olvides de las cosas...si quieres puedo hacerlo otra vez.
- Oh maldito seas James...te sale tan bien que te envidio.
- Lo sé...lo sé. Vamos, sigue con tu teoría.
- ¡La teoría! Eso era entonces, gracias.
- Un placer.
Ya estoy tan cerca que puedo vernos con total claridad. Tenía el cabello más corto y ella todavía no lo había perdido. Sonreíamos impulsivamente, nos mirábamos con profundo deseo...éramos felices.
-Creo...que si dos personas están destinadas a converger en un punto, entonces el universo siempre hallará la manera de realizar esa conexión...y más aún cuando todo parece destruirse, esa conexión hallará la forma de realizarse. El lazo dura para siempre, no puede destruirse algo tan verdadero. A través del tiempo, a través del espacio, ese punto de convergencia siempre hallará la manera. El universo, nosotros humanos...somos una sola cosa James.
Alexandra gira la vista y deja de observar el 'yo' de mi recuerdo. Su mirada atraviesa los árboles de manera horizontal, como un paneo perfecto provocando los latidos más fuertes que jamás haya sentido.
Ahora observa el punto en el cual me encuentro y, una vez más, todo se detiene.
- Siempre lo fuimos.
Su mirada yace intacta y tras pronunciar esas palabras siento su mirada penetrarme a mi, al James real. Todo mi ser exclama a gritos su nombre en silencio, creyendo en aquella imagen irreal que de alguna manera mi mente se ingenió en crear de manera tan perfecta. ¿Estaré volviéndome loco?
ESTÁS LEYENDO
Una canción para Alex - II libro de Más allá de la realidad
RomanceATENCIÓN. Esta novela SÓLO puede ser leída después de haber leído: 1ro- Más allá de la realidad. 2do- Histeria. y por último- The Outcast Squad. Si lees esta novela sin haber leído las anteriores, no va a ser lo mismo. Te vas a llenar de spoilers y...