Había una vez un mes con Estrés.

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-Hace tres semanas.

--¡Es imposible! ¡Todo esto es un asco! – Dijo el chico, luchando en mantenerse de pie en el juego luego de la paliza de la otra, esta reía sin arar y se burlaba del otro contrincante en el juego.

-- Aprende a perder, Kris...-- Sonrió leve y siguió en el juego. Aquel hombre quería verla reír más, por lo que la tomó de la cintura y la hizo acostarse en la cama, para hacerle cosquillas por todo el contorno del cuero de la morena, haciéndola reír.

Después de todo aquello no hicieron más que mirarse a los ojos de forma intensa. Ya no había mundo, solo esos ojos que sentía que llenaba hasta lo más profundo de su ser, y curaba viejas heridas del pasado con solo eso. Una mirada.

Él no iba a pedir permiso, solo tomó el contorno del delgado rostro de la fémina y comenzó a besarla, Besos acaramelados, besos jugosos que pedían a gritos más y más, pedían a gritos ser más que besos.

La chica, después de un considerable tiempo, y después de sentir su lengua entumecida separó al chico y se sentó en la cama, el chico hizo lo mismo y se sentó frente a ella, muy cerca.

-- ¿Te gustaría salir conmigo?... – Nerviosa, si, avergonzada, si... Pero Ru no creía en estereotipos. Si ella quería a alguien y sentía que aquella persona la quería también y de la misma manera, entonces haría lo posible ara estar con ella, o al menos eso conoció de ella, aquel día.

La sorpresa era mucho, pues normalmente él invitaba a salir a las chicas, no las chicas a él. – Me encantaría salir contigo... -- Sonrió gentilmente y tomó su mano para besar sus nudillos.

Suspiró y sonrió leve. – E-entonces... ¿Estamos saliendo?

Ríe. – Al parecer.

Y... ¿Qué hacemos?

--Por ahora, esto. – Volvió al ataque a sus labios.

DOS SEMANAS.

♫ "I see the World, done it all, Had my cake now, Diamons, brilliant, and Bel Air now... " ♫

Tomó el teléfono y contestó. -- ¿Hola?...

--Hi, swetty, ¿How are you today? Vamos por un café.

-- Oh, ¡Hola, Mate! Bueno, déjame ver, es que tengo muchas tareas y la verdad no quiero salir de casa por un rato. –

--¿Quieres que te ayude? No quiero que te desveles como lo haces siempre, además, no creo que sea bueno. --

-- ¿Estas dispuesto a sacrificar tu sábado por hacer tareas? Eres un chico raro, Mateo... --

--¿Quieres que te ayude o no?--

Ríe leve, -- ¡Por favor, si no me ayudas creo que moriré!

Ríe de igual manera. – Espérame treinta minutos.

Luego de esos treinta minutos el chico se presentó con snacks y algunas bebidas. – Creí que podríamos comer algo mientras estudiabas. –

La Gran Mentira De Mi Perfecta Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora