Una Relación en Triangulo.

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Al saber aquello que le había revuelo el mundo, Kris tomó a su novia, abrazándola por su cintura tan posesivo como siempre lo ha sido, y miró a aquel castaño con superioridad al ser el hombre que perdió para siempre el amor de aquella chica, porque por nada del mundo Kris dejaría a su amada, la amaba demasiado como para perderla por un chico estadounidense. 

-- Perdiste tu oportunidad, Matt, te lo diré en un idioma que sé que entiendes: "She is MINE" -- Dijo subrayando sobre todo la última palabra. 

-- Todavía no pierdo, Kris, ella es la que decidirá, y sé que decidirá lo correcto. -- Miró a Ru, como quien ve a una presa que aún no puede comer, pero lo hará. -- Adiós, Ru. 

Ella no sabía que hacer, estaban dos tipos super buenos peleándose por ella, ¿cuándo podría pasar eso en su vida?


La escuela tampoco fue fácil, mucho menos el almuerzo, estaba uno de cada lado de la chica, viéndose como dos perros rabiosos, pero en cuanto Ru volteaba la mirada a uno de ellos de repente eran los chicos más risueños del mundo, tal vez al principio era lindo que se pelearan por ella, pero ya estaba siendo un poco cansado. -- Ya basta ustedes dos, ¿acaso nunca serán amigos? -- Preguntó Ru con algo de enojo y cansancio por aquella situación. -- E-escuchen, ambos... Siempre están conmigo, tú porque eres mi novio, -- dijo señalando a Kris. -- Y tu porque eres mi amigo. -- Señalando al castaño. -- Pero no puedo estar con ninguno de ustedes porque empiezan a pelear... O arreglan sus diferencias o tendré que... Tendré que dejarlos a los dos. 

Y ese fue un ultimatúm para ambos, Ru se fue junto a unas chicas, compañeras de ella a una mesa diferente, y aquellos chicos se quedaron en ese lugar, pensando en lo que harían, claro, ninguno se hablaban, de hecho se separaron, uno en cada borde de la mesa

Mientras Kris y Mateo pensaban en lo que hacían, Ru no quería que ellos estuvieran con ella, por lo que volvió sola a casa, ¿qué si se sentía bien tener dos hombres completamente enamorados de ella? Pues si, si se sentía bien, pero debería tomar una decisión, porque aquello no duraría y posiblemente aquellos hombres la pondrían a elegir entre uno y el otro, aunque qué no daría por poder quedarse con los dos. 


Pasó ya una semana, y ambos convocaron a Ru para decirle lo que ellos sentían, aquella noche aquellos chicos prepararon una muy bonita cena, con la luz de la luna y una mesa en una terraza, en la casa de Mateo. 

Ambos se comportaron muy bien frente a Ru, le trajeron vino, algunas frutas, fueron como príncipes frente a ella, eso sólo hacía más duro tener que elegir a sólo uno de ellos. 

-- Antes de cualquier cosa, ambos estuvimos de acuerdo en que te amamos. - Confesó Kris. 

-- Y que queremos lo mejor para ti. -- Completó Mateo. 

Kris tomó su mano derecha. -- Sé que eres una chica hermosa, decente, y muy muy inteligente. 

Y Mateo tomó su mano izquierda. -- Por eso... Ninguno de los dos queremos perderte, jamás... No podríamos con nosotros mismos si eso pasara. 

Y Kris finalizó. -- Por eso... Queremos estar cerca de ti, los dos... Sólo para ti, Ru. 

Por lo que ella entendía, le pedían justo lo que ella quería, que estuvieran los tres juntos, y que ellos fueran sólo para ella, y no tener que mentirles a cada uno sobre lo que sentían por el otro... Pero parecía muy bueno como para ser verdad. 

Un poco confundida, o anonadada por la proposición, Ru sólo trató de entender la situación, para dar una respuesta más valida. -- A ver, por lo que ustedes me explican... ¿Quieren que tengamos una relación poligamia?

-- En pocas palabras... Si. A nosotros no nos molesta para nada, sólo... queremos saber tu opinión. 

-- ¿No es muy... Extraño? Digo, ¿cómo será todo esto? Uno los fines de semana y el otro lo que queda, es decir... N-no lo sé. -- Ahora que lo pensaba, no era tan fácil, prácticamente estaba siendo compartida por dos personas. 

-- Nosotros sabemos que esto es muy difícil de digerir, o de responder ahora. 

-- Podemos esperar una respuesta, mientras, por favor, piénsalo muy bien. 

-- Nosotros no pelearemos más entre nosotros, ahora, si eliges sólo a uno, cualquiera que sea, el otro tiene que entenderlo. 

"Dios, ¿qué mierda haré?"

La Gran Mentira De Mi Perfecta Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora