La Periodista Belieber.©

C14

-¡Jay! ¿Podemos ir de compras después del estudio? -Chilló la novia de Justin. Ambos estaban en los asientos de adelante y yo atrás.

-Lo que quieras cariño. -Respondió él y me dieron ganas de vomitar.

Aun que las ventanas de la van eran oscuras, los flashes de los paparazzis eran totalmente visibles y parecían infinitos, tan sólo pensar que él debía lidiar con esto todos los días.

Cuando estábamos en el estudio, Hailey (la novia de Justin) se colocó a sacar fotos. Ella era hermosa, una modelo de alta costura y además simpática, ¿Quién no querría estar con ella? Era mil veces mejor que yo.

Saqué esos pensamientos de mi cabeza y encendí mi computador portatil colocándolo sobre mis piernas. Iba a comenzar a escribir cuando la celestial voz de Justin invadió mis oídos. Observé como cantaba, a pesar de que cantar lo hace casi todos los días, cada vez que lo hace pareciera como si nunca lo hiciera dejando que toda su pasión por lo que hace fluya a través de su voz. Me gustaba ver como su vena se marcaba en el cuello, no sé por que la verdad pero me gusta. Espero que nunca explote. Reí por el pensamiento. Aveces puedo pensar cosas tan estúpidas.

Luego de escribir un rato, observé frente ami, Justin y Hailey se reían de no sé que cosa, luego se besaban y jugaban con sus manos. Golpe bajo.

Di una sonrisa fingida cuando él me observó y baje la mirada a mi computador suspirando.

Cuando estábamos saliendo del estudio caminando a la van, los guarda espaldas nos cubrían de los paparazzis pero no de sus preguntas incómodas.

-¡Hailey! ¿Es cierto que tu novio te engaña con Noah Way?

Mi boca se abrió sin poder creer lo que estaba escuchando.

-¿Quién es ella? -Preguntó ella. Por un momento me sentí ofendida pero después de todo, era una simple trabajadora ¿Por que sabría mi nombre? Cuando subí a la van ya no alcancé a escuchar más. Me fui a el final de los asientos para dejar a los tórtolos solos.

-¿Es cierto Justin? -Susurró Hailey pero aún así la logré escuchar.

-¿Que? ¡Claro que no!

-Juro que si me engañas terminamos.

-No puedes hacerlo, recuerda el maldito contrato. -Escupió el molesto.

Yo me mantenía atrás callada como si no existiera, aun que era mejor si quería saber mas.

Un silencio invadió el espacio. Di un suspiro lo que llamó la atención de ella, me miró y luego le susurró algo a Justin que por mala suerte, pude escuchar. -Nunca estarías con alguien como ella ¿cierto?

Él no respondió, su mandíbula se mantenía apretada.

-¿Justin? -Ella volvió a insistir.

-¡No jodas! -gritó frotando su cien y ella dio un pequeño saltito.

Sonreí.