Prólogo.

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Rosemary ~ The Foo Fighters
Imaginemos que no tiene nada que ver con Rosemary Carrol


◀ ■ ▶

Rosemary Jenkins solo quería comenzar de nuevo. Un nuevo comienzo en un lugar donde nadie la conociese realmente, donde ella fuese otra extranjera más.
Rosemary Jenkins estaba enfadada y decepcionada el día que la llamaron por teléfono para ofrecerle el trabajo. Justo después de eso, ella le había gritado y tirado cosas a la cabeza, por primera vez en mucho tiempo, sorprendiéndolo a él mismo; había llorado y se había cortado el pelo con violencia y a tajadas delante del espejo. Lo había cortado porque a él le encantaba pasar los dedos entre su cabello después de hacer el amor. Lo había cortado porque lo sentía quemándole la espalda, y pesándole sobre la cabeza, enredándose en la base de su cuello. Oliendo a ellos, a él, a una pareja en la que solo hubo amor de una sola dirección. Una pareja tóxica y adictiva, como la buena cocaína o la peor de last heroínas.
Él le había gritado, la había llamado loca y había aporreado la puerta del baño desde el otro lado mientras ella sorbía las lágrimas recogiendo las pocas cosas que guardaba en su piso. Intentando no vomitar por el asco que sentía al sentir su propio pelo enredandose entre sus pies descalzos. Rosemary odiaba el pelo, odiaba el pelo mojado, enredado y pesado que quedaba en el desagüe de la ducha; el pelo seco que tenía que limpiar de los cepillos y el que se quedaba entre sus dedos cuando se los pasaba por la cabeza a primera hora de la mañana, cuando todavía tenía los ojos demasiado pesados y pegados. Reprimía las arcadas cuando tenía que limpiarlos mientras él se reía de ella apoyado en el marco de la puerta, sin ayudarla.

Sin embargo, a pesar de la escasez de un espíritu con fuerza, Rosemary se pasó las manos por última vez por la cara, intentando limpiar sus lágrimas y respirar, hincharse de orgullo y salir de aquel piso con un portazo y sin dirigirle la palabra.
Esperó cinco minutos, hasta que los golpes cesaron y ambos se calmaron. Rosemary iba a abrir la puerta en el preciso instante en el que el teléfono sonó, cuando su mano se había cernido sobre la manilla y había tirado de ésta para abrirla. Sus ojos no se encontraron con los de Eric quien ya se había dirigido a contestar el aparato, solo vio su espalda.

- ¿Si?- respondió con voz ronca y pausada. Como hacia cada vez que se hacía el pacifista pero internamente estaba deseando reventar algo.

El mismo tono que usaba muchas veces con ella.

- Es para ti. - Eric le tendió el teléfono y no se movió ni un ápice cuando ella se acercó.

Con manos temblorosas, Rosemary condujo el teléfono a su oreja, sintiendo su cuerpo a su lado. Su peso, su presencia y aquella respiración en la base de su cuello que hasta hace pocas horas le provocaba mariposas en el estómago y ahora solo le causaba asco.

Escuchó atenta al otro lado de la linea, solo interrumpiendo cuando era necesario. Luego colgó y se quedó con la mano unos segundos encima del aparato antes de comenzar a separarla.

- ¿Quién era?- Preguntó Eric volviendo a elevar la voz.

Rosemary sabía que quería volver a empezar lo de antes y terminar con un buen polvo como si el sexo fuese la cura a todas sus peleas como pareja. Pero ella ya estaba cansada, estaba harta de seguirlo como una de sus perras a las que luego dañaba, incluso si le decía que la quería y que no sabía en lo que pensaba cuando había hecho lo que hizo.

Rosemary lo ignoró y apurada, acompañada de una bolsa de deporte corrió hasta el armario para llenarla con todas sus pertenencias.

- ¡Te he preguntado quién ha llamado!- Le volvió a gritar Eric.

Pero una vez mas volvió a ignorarlo y corriendo lo pasó chocando su hombro con el suyo, iba hacia la puerta. Eric la intentó atrapar pero Rosemary se deshizo de él con un ágil movimiento.

- ¿¡ A dónde te crees que vas?!

Rosemary solo se giró una única vez, cuando ya había llegado a la puerta y la tenía abierta. Lista para correr.

- A Seúl.

Era sería una de las pocas veces que lo volvería a ver en su vida.
Comenzo a correr hacia su nueva vida, descalza, en una mañana de otoño no muy calurosa.



Aun no sabía que Kim Namjoon seria su vecino.

Neighbour. (Kim Namjoon)Where stories live. Discover now