Aquel mismo día por la mañana
...Jin subió las escaleras de su edificio
sin ganas, con los hombros hundidos como el resto de su cuerpo y dejando una estela de agonía tras él. Eran las once de la mañana y ya no tenía energías para seguir viviendo. Ella se la había drenado toda con dos simples palabra: "Te dejo".
Así, de un día para otro, rompió con él, dejó el anillo de compromiso encima de la mesa de la cafetería donde habían quedado y salió sin mirar atrás para montarse en la parte de atrás de la moto del tío que Jin había saludado amigablemente antes de entrar al establecimiento. Así sin más, despareció de su vida, de un día para otro, perdiéndose entre el tráfico de Seúl.
Se encontró su rellano más ajetreado que la estación de tren el día de año nuevo y a un Kim Taehyung gritando improperios a los hombre que no paraban de entrar y salir de su casa llevándose cajas de cartón con ellos.
A Jin aquella escena le resultó en cierto modo cómica: Tae su amigo y el conserje echando humo por las orejas y mal diciendo a unos pobres hombres que solo estaban haciendo su trabajo y gritos provenientes del piso superior al suyo. Todo era un caos y Jin se sintió en paz. Extrañamente en paz, como si hubiese estado esperando aquel momento mucho tiempo. Se sintió liberado. Era un liberado en estado de depresión.-¡Jin!- Tehyung gritó sobresaltado cuando vio al mayor a su lado.
Éste solo lo miró y enarcó una ceja, sin llegar a responderle del todo ni reaccionar.
-¡Haz algo! ¡Se están llevando tus cosas!
Jin se encogió de hombros y abrió la boca para contestarle, pero fue interrumpido por un boom que vino del piso superior de nuevo.
-¡Eres un gilipollas! - Gritó una chica.
Y, a continuación otro boom.-Deja de lanzarme tus zapatos Psicópata.
Y allí estaba, la aparición más esperada en aquel escenario sin sentido que parecía tener a Jin fascinado y a Taehyung con los nervios de punta. Kim Namjoon.
-¡No me llames!
-¡No pensaba hacerlo!
Jin y Tae vieron su cara cuando ésta descendió al primer rellano, con toda su ropa entre los brazos y el maquillaje corrido.
-¡¿Y vosotros que miráis?!
-Nada.- Respondieron al unísono.
Aquello ya era algo habitual y en peores condiciones se encontraron a muchas otras antes que a ella.
La risa de Namjoon se escuchó por el hueco de la escalera y ella gritó como una histérica desquiciada en respuesta para a continuación empujar tanto a Tae como a Jin y seguir bajando las escaleras. Estaba claro que actuando de aquella manera no le haría cambiar a Namjoon de parecer.Detrás de ella bajó su amigo descalzo con un sonrisa de oreja a oreja y poniéndose una camiseta.
Se paró a la mitad mirando como el último señor (o eso le pareció a Jin por el considerable descenso de tráfico humano y de ruido) salía dejándole de pasada a Taehyung las llaves en la mano.
-¿Quien era ese señor?
Preguntó confuso Namjoon siguiendo a Jin al interior del piso con Taehyung pisándole los talones.
Namjoon cerró la puerta detrás de ellos y miró a Jin confundido sin entender muy bien que estaba pasando.
-¿Que era todo eso?- Preguntó de nuevo.
-Si Jin ¿Que era todo eso?- Preguntó a su vez Taehyung.Ninguno sin obtener respuesta. Jin los miró y, antes de dirigirse a la cocina, sacó el anillo de su bolsillo, y lo dejó caer al suelo, justo frente a ellos. Los ignoró de nuevo y se dirigió a aquella alacena bajo el microondas donde Hyeri guardaba el alcohol para las ocasiones especiales. Como esperaba, todo seguía intacto, tan intacto y ordenado que hasta daba miedo.
Jin no bebía porque a ella no le gustaba que lo hiciera. O al menos eso era de lo que él estaba intentando autoconvencerse cuando en realidad no era que Jin no bebía porque sabía que a ella no le gustaba, si no porque ella, simplemente, no le daba opción a ello. Y ahora, viéndolo desde fuera, siendo crudo con la realidad que lo había rodeado durante mucho tiempo, le dio la impresión que más que su prometida se creía su madre. Y aquel pensamiento que tuvo, mientras observaba acuclillado las bebidas etílicas colocadas bajo la alacena del microondas, provocó que a Jin le hirviera la sangre.
Se reincorporó con la botella de vino más cara que guardaban, se quitó la chaqueta, se aflojó la corbata y, arrastrando los pies por el suelo de madera volvió al salón donde lo esperaban sus dos amigos expectantes. Taehyung y Namjoon no dijeron nada cuando éste se sentó con pesadez en el sillón y vieron a Jin darle el trago más grande a una botella que jamás habían visto.