Capítulo 3

4.8K 411 112
                                    


Apresurada, Ladybug finalmente regresó a la escuela. Más que asegurarse de que todo estuviera en orden allí, quería ver a Adrien. El ataque de ese sujeto akumatizado había interrumpido un perfecto momento a su lado y en serio deseaba recuperarlo.

Tras deshacer su transformación, salió de una de las esquinas externas de la instalación tras la cual se había escondido. A su alrededor, los estudiantes continuaban algo alterados, pero al mismo tiempo estaban aliviados de que los héroes de París, o al menos uno de ellos, se hubiera hecho cargo de la situación. Marinette buscó entre la mirada por la multitud al chico de cabellera rubia. Finalmente lo halló saliendo de un rincón. Asumió que se encontraba oculto para protegerse del peligro.

-¡Adrien!- lo llamó antes de echar a correr hacia él. Este levantó su mirada y suspiró al ver a Marinette ilesa.

-¿Estás bien?- preguntó sereno colocando ambas manos en los hombros de la chica.- ¿Estás herida?

-No, descuida. Estoy bien. ¿Y tú?

-Sigo en una sola pieza.- respondió él con una sonrisa.

-¡Marinette!- exclamó la amiga de la chica al verla. Sin dudarlo la abrazó con fuerza, aliviada de verla a salvo.- Creí que te habías quedado atrapada allí dentro. ¿Dónde estabas?- Al voltear y ver a Adrien al lado de ella, supo de inmediato de había cometido un grave error.- Lo siento... No quise interrumpirlos.- se disculpó. La bocina de un auto llamó la atención del muchacho, quien ensombreció su gesto al ver al auto de su padre.

-No pasa nada. Debo irme de todos modos.- dijo él.- ¡Nos vemos luego!- agregó despidiéndose con su mano.

Una vez en el auto, Adrien levantó la ventanilla que lo separaba del conductor y abrió su mochila para dejar salir a su kwami. Este se estiró aperezadamente, pues aún no recargaba su energía tras la transformación.

-¿No sientes que Ladybug estuvo muy fría conmigo hoy?- preguntó el muchacho con algo de preocupación.

-Bueno, se habrá cansado ya de tus chistes.- respondió el kwami sin tacto alguno

-Hablo en serio. Ni siquiera necesitó de mi ayuda para acabar con ese sujeto.- dijo Adrien antes de fijar su vista melancólicamente por la ventana.- Aunque quizás tengas un poco de razón.

-¿Yo?- preguntó Plagg incrédulo.

-Sí, quizás... Ladybug ya no me necesita.

-Estás viendo cosas, niño.- gruñó su compañero antes de acomodarse para tomar una siesta en su mochila e intentar recuperar algo de energía. Sin embargo, Adrien no podía dejar de pensar en eso.

Marinette se dejó caer agotada en su cama al llegar a casa. Vaya que si aquella pelea la había dejado cansada. Cerró sus ojos con pesadez, más los abrió un segundo después al escuchar un carraspeo. Frente a ella, flotaba Tikki con sus bracitos cruzados y una expresión molesta.

-¿Qué sucede?- preguntó la portadora con sencillez.

-Fuiste muy ruda con Cat Noir hoy, ¿lo sabías?- dijo la kwami con seriedad.

-No sé de que hablas.- aseguró la chica antes de recostarse de lado e intentar dormir.

-Marinette, casi no le dirigiste la palabra, y cuando lo hiciste, solo fuiste más que descortés.- La chica volvió a mirar a su compañera, luego se sentó en la orilla de su cama y suspiró,

-Sólo quería terminar rápido con todo eso.- afirmó.- Estaba algo molesta por que esa akuma interrumpió mi... momento a solas con Adrien.

-Eso no es culpa de Cat Noir.- aseguró Tikki.

Permanecer Unidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora