Capítulo 8

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¿Alguien dijo "fluff"? ¿Nadie? Vamos, ¡levanten la mano los que quieren fluff!

La heroína entrecerró sus ojos para ver mejor. Oculto tras una de las vigas verticales, pudo distinguir la oscura silueta del chico.

-¿Cat Noir...?- llamó ella insegura.

-¿Esperabas a alguien más?- preguntó él.

-¿Cómo puedo estar segura de que en realidad eres él?

-¿Quién más sabría de este lugar? Está cerrado al público por su falta de barandas. Fue aquí donde prometimos que seríamos un equipo luego de conocernos.- Ladybug se relajó. Tenía razón.- Cabe mencionar que aunque es un lindo lugar, ahora que no tuve conmigo mis garras y mi habilidad gatuna para llegar aquí, ya no me pregunto por qué no permiten civiles aquí.- agregó él.

Ladybug rió. Sip, definitivamente era él. Incluso sin su miraculous, su distintivo sentido del humor permanecía con él. Fue entonces cuando decidió acercarse a él, pero este retrocedió para su sorpresa.

-Si quieres continuar manteniendo en secreto nuestras identidades, no es buena idea que te acerques.- mencionó el chico.- Quédate allí.- Ladybug se detuvo y miró el anillo que llevaba entre sus manos.

-Creo que esto te pertenece.- dijo antes de inclinarse y hacer rodar el miraculous por el suelo hacia él. Adrien se agachó para tomarlo.

-¿Por qué no lo entregaste a un nuevo portador?- preguntó él al levantarse de nuevo.

-Esa nunca fue una opción. Sólo hay un Cat Noir y está frente a mí ahora.- afirmó Ladybug. Adrien sonrió.- ¿Vas a decirme ahora por qué me dejaste sola?- preguntó tímida. El chico suspiró.

-Pensé que estarías mejor por tu cuenta.- aseguró él. Luego sonrió.- Aunque parece que me equivoqué, mi Lady.

-Vaya que sí te equivocaste.- dijo ella cruzada de brazos.

-Creo que podríamos decir que... ¿"metí la pata"?- comentó Adrien con una sonrisa de lado intentando romper un poco la tensión.

-Por favor, detente. Arruinas el momento.- suplicó ella colocando su mano en su frente con frustración, aunque no puedo evitar dejar escapar una sonrisa. Él rió un poco hasta que su mirada se clavó en el rostro de ella. Ahora podía apreciar de cerca la herida.

-¿Te duele mucho?- preguntó un poco más serio. Ladybug le miró confundida hasta que se dió cuenta de lo que hablaba.

-A veces.- dijo cubriendo la marca con su mano. Adrien bajó su cabeza.

-Lo siento...

-También lo siento. Nunca quise que pensaras que eras inútil.- afirmó ella.

-Tal vez debería reducir un poco mis bromas.- prepuso él.

-No te atrevas a hacer eso.- reprochó la heroína.- Fue una de las cosas que más extrañé de tí.- Adrien rió ligeramente. Ladybug dio un paso adelante al sentir que ya habían roto el hielo.- Cat, por favor regresa. Te necesito.

Él volvió a sentir ese nudo en la garganta. Su petición se oía tan sincera. De pronto Plagg salió de su camisa y levitó a su lado.

-¿Es ese tu kwami?- preguntó la chica al ver la pequeña figura en el aire.

-Así es.- respondió él. Ladybug entonces sonrió y dirigió su mirada a la criatura.

-¿Podrías ayudarme con esto?- preguntó en referencia a convencer a su portador.

-No será necesario...- afirmó Plagg antes de voltear hacia el joven. Este le miró de vuelta y asintió. Un instante después la sombría esquina se iluminó con un brillo verde. Ladybug miró a los ojos a un Cat Nor que salía a su encuentro.

Este le dedicó una sonrisa y sin pensárselo un minuto más, ella se lanzó hacia él, rodeando su torso en un abrazo. En cuanto él respondió tan solo un par de segundos después cubriéndola en sus brazos, la chica enterró su cara en su pecho. Cat pudo oír su sollozo desde allí.

La mimó con ternura, deslizando sus dedos por su cabello. Pero en cuanto estos rozaron su herida, se detuvo. Con sus manos sujetando sus mejillas, la hizo levantar su mirada para verle. Su rostro se acercó poco a poco al de ella. Las mejillas de ambos se sentían arder con cada centímetro que desaparecía entre ellos.

Ladybug levantó su mano y con una sonrisa acarició su rostro. Cat cerró sus ojos y sonrió ante el gesto al momento que ladeaba su cabeza para sentir más el contacto de su palma. Luego se inclinó hacia ella y besó suavemente su mejilla, justo sobre aquella herida. Ella no pudo evitar dejar escapar un suspiro.

Él siguió su camino hacia su cuello, hasta llegar al final de la marca, dejando suaves besos acompañados de caricias en el cabello de la chica que causó escalofríos en esta. Al terminar depositó un último beso en su cuello y regresó su mirada hacia sus ojos, sonrojado.

-Los gatos suelen, ya sabes, lamer sus heridas para que sanen más rápido.- se justificó.- Quizás eso ayude.- Ladybug sonrió un poco y rodeó su cuello con sus brazos para acercarlo hasta juntar sus frentes.

-Gracias...- murmuró.

Y colorín, colorado este fan fic se ha acabado.

Muchas gracias a todos los que leyeron, votaron y comentaron. ¡Un beso!

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