Catorce.

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Señorita Gainsbourg,

para cuando leas esta carta creo que ya estaré iniciando un nuevo viaje en búsqueda de mi futuro.

No obstante, antes de irme me enteré de lo ocurrido con tu primo y lo lamento mucho. Le doy mi pésame a cada uno de sus seres queridos, en especial a su padres y hermanos. Antes de partir alcancé a entregar una pequeña rosa blanca, la misma que vive dentro del libro que acompaña esta carta. Espero que el libro sea de tu agrado, salió hace unas semanas y los críticos dicen que es bueno, del estilo de Hardy, ya sabes. Es lo único que he podido darte desde que nos conocimos, lamento eso.

Y es esa una de las razones de mi partida. Te amo mucho, si me permites tratarte con tu nombre, Amalia. Te amé aunque no había hablado, te amé aun más cuando tú me buscaste y mi amor me rebalsó cuando te besé. Es uno de los momentos que siempre atesoraré dentro de mi corazón. Amalia, eres mi luna, mi sol... eres todo lo que necesito. Sin embargo, tengo que dejarte. Quiero vivir por el resto de mis días junto a ti, pero no podría darte una buena vida como la que llevas en tu casa. Así que parto para eso. Quiero llegar a obtener esas hectáreas que te conté para obtener el dinero suficiente para darnos el lujo de vivir felices. Quiero darte todo lo que necesitas y aunque quiera, en este momento no puedo.

Lamento mucho no haberme despedido como correspondía, pero no tengo habilidad para las despedidas ni tampoco quería darte una cuando quizás pronto te verías obligada a dar una a tu primo.

Espero que me comprendas.

Amalia, volveré por ti. Lo juro por lo más sagrado que tengo. Trabajaré duro para llevar a cabo mis deseos y compartirlos contigo dentro de un matrimonio digno de un ángel como tú. Ese es mi juramento. 

Si no estás en tu casa, te buscaré por todos lados hasta hallar tu paradero para demostrar que el amor que siento por ti es duradero y eterno.

Recuerda que eres una persona grandiosa, créeme lo eres.

No me olvides. Volveré. Lo juro miles de veces y te dejo este libro junto a la rosa como la que te di esa noche como recordatorio de mi juramento.

Por siempre tuyo,

                                                                                                                                    Ben Dunne.

P.D.: Sincera, eterna y fervientemente te amo. 

Lo admirable tras las perlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora