Capitulo IX

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BEACON HILLS, CALIFORNIA

TRES SEMANAS ANTES

  «Scott... Scott... Despierta»

Las preguntas iban y venían en la cabeza de Scott «¿Dónde había escuchado aquella voz? ¿Por qué se sentía tan cercana y... cálida, tan reconfortante? ¿Qué había sucedido con él» todas aquellas dudas se arremolinaban en la cabeza del moreno en la inmersa oscuridad, tratando de alejarlo de esta en cada llamada, guiándole para que fuera por el camino correcto. «¿Estaba muerto? ¿Sí era así, por qué sentía que todo dolía como mil demonios?» El dolor, la tristeza, el miedo y la falta de esperanza lo atacaban queriendo arrebatarle la vida «¿Es que debo darme por vencido?».

«Scott... vamos, no puedes rendirte. Te necesito, no puedes irte tú también. No cuando he regresado por ti».

La voz volvió a hacerlo dudar «¿Irse? ¿Dónde se estaba yendo realmente?» Sentía que estaba apartado del mundo, en un cuarto oscuro del que no debía salir, aferrarse a la oscuridad y dejar que poco a poco le consumiera, pero aquella voz no le permitía aquello, quería que le alcanzara «¿Quién era la persona que insistía en que no le abandonara? ¿Stiles? No... era imposible, no después de lo último que sucedió» Se dijo a si mismo el hombre lobo. Scott lucho por abrir sus ojos, por sentir que sus brazos se movían, no podía rendirse fácilmente «¿Desde cuándo eres tan débil?» se reprendió en su subconsciente, necesitaba levantarse, aunque sea por un momento pero no podía, no sentía nada, ni sus brazos, ni sus piernas, nada reaccionaba, su cuerpo se negaba a responderle como deseaba.

«Scott eres más fuerte que esto, estoy contigo... quédate conmigo. Puedes hacerlo»

Scott deseaba quedarse con aquella voz, quería alcanzarla con todo su ser. Poco a poco la vista se nublo al ver que su cuerpo lentamente comenzaba a despertar, lo primero que vio fue una figura difuminada y pronto el horrible dolor aumentó en gran medida logrando que la garganta del hombre lobo soltara un alarido amargo como un pequeño cachorro adolorido. Una mano se apretó con fuerza contra la de Scott queriéndole trasmitir fuerza, no, el moreno sabía que es lo que estaba sucediendo, el dolor poco a poco desaparecía de su cuerpo aliviando la agonía aunque sea un poco «¿Quién era?» Scott parpadeo fuertemente antes de que sus ojos por fin lograran adaptarse a la falta de luz y enfocar bien a la persona que trataba de ayudarle. Unos ojos azules le miraban con desesperación, su olor era miedo «¿Por qué estaba temeroso? sería miedo a perderle» pronto estudio bien a quien tenía frente a él, los ojos azules brillaron por la intensidad del momento, algunos rizos mojados levemente por la transpiración, como si hubiera estado haciendo un gran esfuerzo hace apenas unos segundos mientras caían rebeldes por su frente arrugada por la intranquilidad. Trato de mover sus labios pero en su primer intento nada salio de su boca. Tocio tratando de sacar algún sonido de ella.

-¿Isa...Isaac? -articulo el moreno con dificultad, su garganta parecía haberse roto por que las palabras salieron de él de manera rasposa pero un poco de sorpresa se podía notar al nombrar el nombre de su antiguo compañero de manada-. ¿Estoy... estoy soñando? ¿No estabas... -tocio dejando escapar un poco de sangre de su boca-. en Francia? -Una pequeña sonrisa ilumino el rostro del beta al ver que Scott comenzaba a reaccionar, era una señal de que no todo estaba perdido. 

-No, no es un sueño. He regresado, Scott. Me costo bastante traerte de vuelta, idiota. -dijo en un tono más tranquilo pero la emoción se notaba, scott sentía el olor a la alegría mientras trataba de moverse para mirar el lugar en el que se encontraba. Una habitación de un viejo motel tal vez, las luces apenas y mantenían una iluminación adecuado. 

-¿Dónde estoy? -susurro con el ceño levemente fruncido, por un momento su mente volvió a revivir los recuerdos de lo que había sucedido por que se levanto alterado-. Theo... ¿Dónde esta? ¿Qué sucedió con él? Debo decirle a Stiles que él tenía razón... -Expresó con desesperación pero el brusco movimiento hizo que un grito desgarrador saliera de sus labios, una corriente de dolor recorrió cada fibra de su ser.  

Perdoname (Steo) [Theo x Stiles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora