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Me desperté envuelta entre los brazos de Justin que seguía durmiendo a pierna suelta, me di la vuelta con cuidado de no despertarle, le abracé y apoyé mi cabeza en su pecho. Al poco tiempo, Justin se retorció y gruñó de forma somnolienta, levanté la cabeza de su pecho y le miré sonriente.
- Buenos días madrugadora.- dijo con una sonrisa mientras se acercaba a mí para besarme.
- Buenos días dormilón. - le dije mientras le besaba.
Justin me siguió el beso mientras paseaba sus manos por todo mi cuerpo, despegó su boca de la mía y con rapidez me quitó el pijama y me colocó apoyada contra el cabecero de la cama de piernas abiertas. Me miró de forma pícara y bajó a mi zona íntima donde posó sus labios, mis caderas se elevaban solas a causa de la excitación y de los besos que Justin me iba dando en mi sexo, poco a poco el ambiente se calentaba y empezó a mover su lengua lentamente mientras yo gemía con los ojos cerrados y trataba de que no me fallaran las piernas, luego empezó a mover la lengua cada vez más rápido hasta que llegué a un impresionante orgasmo.
- ¿Te ha gustado?- preguntó relamiéndose los labios. No tenía palabras para contestarle, estaba aún extasiada por el orgasmo.- Mmm... Me tomaré eso como un que sí.- me guiñó un ojo mientras me daba un beso en la frente.
- Es la primera vez que me hacen eso. - conseguí decir.
- ¿De veras?- preguntó asombrado. Yo asentí con la cabeza.- bueno, ya has probado algo nuevo.- No me has dicho si te ha gustado...
- Me ha encantado. - le sonreí.
Justin se levantó de la cama y fue al baño a lavarse los dientes, cuando terminó vino para darme un beso.
- Esto es solo el principio.- me dijo en un tono sensual. Yo al escuchar eso me estremecí. ¿Se referirá al sexo o a nuestra relación? Sea lo que sea, no quiero que se acabe nunca.
Bajamos a la enorme cocina de aquella enorme cabaña que teníamos para nosotros solos y desayunamos tranquilamente. Cuando terminamos me levanté con la intención de cambiarme de ropa pero Justin se adelantó a mis movimientos y me arrinconó contra una de las columnas cogiéndome de la cintura.
- Mmmm... Hoy te has levantado juguetón, ¿eh?.- le dije divertida.
- ¿Quieres que juguemos?. - me dijo arqueando una ceja. Le miré a la boca y me abalancé sobre él, di un salto y me subí a sus caderas enrollando mis piernas alrededor suya.
Justin me daba besos por el cuello mientras yo gemía en su oído y notaba como su pene empezaba a crecer en su bóxer negro, me levantó la camisa ancha, se bajó el bóxer y empezó a penetrarme lentamente y luego cada vez más rápido hasta que rendida llegué al orgasmo otra vez pero ahora antes que él. Cansada, apoyé la cabeza en su hombro y él sobre el mío, levanté la cabeza y le miré.
- ¿Me vas a hacer el amor por toda la casa?
- Te voy a follar por toda la casa.- me corrigió.- ¿Te gusta la idea?
- Me encanta.- dije.- ¿Por eso me has traído aquí?- él asintió.
- Aquí tenemos más intimidad. - dijo guiñándome un ojo. Le miré y le besé tiernamente.
- Te quiero Justin.
- Te quiero pequeña. - respondió él. Nos íbamos al salón cuando llamaron a la puerta y fuimos los dos a abrir, nos llevamos una sorpresa al ver a Jess en la puerta.
-¿Qué hace ella aquí? - preguntó con su odiosa voz nasal.
- La pregunta es: ¿qué haces tú aquí Jess?- replicó Justin.
- He venido a hacer las paces contigo cielo. - dijo tratando de aparentar ser una chica buena.
- Pues has venido para nada.- la contestó. Ésta al ver que la había cambiado por mí resopló y trató de abalanzarse sobre mí para pegarme, Justin se puso en medio antes de que pudiera darme.
- ¿A ella también la has traído aquí para tirartela?
- ¿Qué?.- miré primero a Jess con asco y luego a Justin asombrada.
- Jess será mejor que te vayas.
- Bueno, como quieras - dijo ella encogiéndose de hombros. - y tú, - dijo señalándome - más te vale andarte con cuidado.
¿Me acababa de amenazar o había sido cosa mía? Y, ¿a qué se refería con eso de si a mi también me había llevado aquí para follarme? Mi cabeza daba vueltas.
Justin cerró la puerta de un portazo y pasó su mano por el pelo nervioso.
- ¿A qué se refería Jess con eso Justin?- le dije preocupada.
- A nada.- respondió nervioso.
- Está bien.- dije fingiendo no darle importancia y me dirigí al sofá para sentarme. Me senté en el sofá y me puse a mirar a la chimenea.
- ¿Te has enfadado?- parecía sentirse culpable por lo que había dicho. Yo giré la cabeza en dirección contraria a la suya.- ¿No vas a hablarme?- negué con la cabeza.- está bien, - suspiró - ha dicho eso porque a ella también la traje aquí. - dijo avergonzado. - pero no llegué a hacer nada con ella, eres la única con la que he hecho algo en esta casa, te lo prometo.- decía mientras me acariciaba con la mano la pierna.- No te enfades pequeña... - le miré un poco enfadada, luego le cogí la cara para besarle.
- No me gusta que me ocultes este tipo de cosas Justin y menos que me tenga que enterar por Jess...
- Lo siento pequeña, tenía que habértelo contado...- agachó la cabeza y miró al suelo, parecía arrepentido.
- Tranquilo, te quiero.- le dije mientras le acariciaba la cara.
- No me dejes nunca.- dijo pegado a mis labios.
- Jamás.- y le besé efusivamente para que supiera que jamás le dejaría ir.

Siempre nos quedará París.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora