Capítulo 12: Síntomas

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-Narración Normal-

La pelirroja despertó sin la necesidad que su madre la despierte, ella tenía un necesidad realmente grande de comer. Después de realizar su rutina bajó las escaleras y pudo oír a su madre hablando con un hombre. La oji-azul se escondió detrás de una pared para que no se dieran cuenta de su presencia.

-Si, pero no he hablado con ella -pudo escuchar a su madre

-Él no tiene problema eso fue lo que me dijo -comento ese hombre

-Pero si ella no está de acuerdo igual no habrá cambios- la reina dijo con cierta seriedad

-Bien... si usted así lo dice -el hombre le respondió

-¿Cómo se llamaba el joven? -preguntó la madre de la pelirroja

-Él se llama...- Mérida salió de su escondite e interrumpió al hombre

-Mamá, ¿Quién es él? -vio con desprecio al señor

-Mérida, él es el Rey Andrew, un socio comercial que tenemos -su madre presentó al rey

-Un gusto, tú debes ser Mérida -el rey saludó

-El gusto el mío -respondió Mérida sin mucha confianza

-Reina Elinor, ha sido un gusto poder negociar con usted- comentó Andrew

-Igualmente -Elinor argumentó amable- lo acompaño a la salida- Andrew asintió y la reina lo guió a la salida

Mérida rodó los ojos, este hombre no le había caído muy bien. La pelirroja se dirigió a la cocina donde se encontraban sus revoltosos hermanos comiendo los pastelillos que eran para el desayuno de ese día, ella los vio y rió un poco.

-No pueden esperar hasta el desayuno ¿verdad? -ellos negaron- lo sé, al menos me dan uno

-Tú tampoco te aguantas hasta el desayuno -dijo uno de los niños- pero si ten uno -dijo dándole a su hermana un pastelillo y ella lo tomó

-Gracias -dijo la mayor dándole una mordida- buen provecho para ustedes

-¡Si gracias! -los menores gritaron ya que su hermana estaba saliendo de la cocina

La oji-azul fue a su habitación y devoró su pastelillo, ella ha tenido este tipo de comportamiento ya por dos semanas, no lo tomaba en cuenta.

La pelirroja se acostó en la cama y suspiró, no se sentía del todo bien. De cada tres comidas dos de ellas vomitaba.

Le llegaron esas ganas, rápidamente la pelirroja corrió al baño y se agachó frente al retrete y apenas lo sintió expulsó todo lo que había comido -lo poco que comió- su madre al oírla vomitando rápidamente fue a la habitación de su hija, al verla, ella tomó el rizado cabello de Mérida mientras sobaba su espalda.

-Cariño llevas así días ¿Qué tienes? -su madre dijo dulce mientras le daba papel para que se limpie la boca

-N-nada -tartamudeó la pelirroja recuperando el aliento

-Llevas así ya dos semanas y más -la reina ayudó a pararse a la princesa- te llevaré al doctor

-¡No! Mamá no es necesario -su hija protestó

-Iremos quieras o no -Elinor dijo alzando la voz

-Iré... yo... ¿si? -su madre asintió- gracias...

-Mañana me dices que tienes -la pelirroja asintió tímidamente- cuídate hija -su madre salió de la habitación

Las horas pasaban la pelirroja se preguntaba que podría tener, ella no se enfermaba tan fácil y se sentía bastante extraña como para que sea un simple malestar estomacal.

Decidió ir al bosque en su caballo, estaba algo cansada de pasar solo en su gran palacio. Cuando llegó no era de extrañarse que allí se encontraba su amado realizando unos planos. Mérida se sentó a su lado viendo lo que Hiccup hacía.

Él no notaba la presencia de Mérida, estaba muy concentrado en lo que estaba haciendo, fue allí cuando la pelirroja decidió llamar su atención.
Ella posó su mano sobre la de su pareja y él volteó a verla.

-¡Mer! ¿Cómo estás? -el castaño tomó la mano de la pelirroja y la besó, causando que las mejillas de la misma tomaran un delicado color rosa

-Bien... algo rara pero bien y tú -Mérida respondió

-Igual pero ¿cómo que rara linda? -Hiccup acariciaba la mano de su novia- ¿Qué pasa?

-Nada, sólo me he sentido algo enferma -la oji-azul sentía la mirada de sus mascotas

-¿Cómo te has sentido? -el joven preguntó

-Pues... he estado vomitando ya desde hace más de dos semanas y me suele dar hambre repentinamente. Como en este momento -rió nerviosa la chica

-Dime qué quieres de comer -el oji-verde la atrajo hacia él

-Mmm ¿tienes brócoli?

-¿brócoli? -dijo extrañado Hiccup

-Si, brócoli

-Quieres vamos a mi casa y allí vemos

-Hicc, no quiero problemas con tus padres, tú ya sabes el por qué...

-Lo sé -besó la frente de su novia- pero no nos importa ¿o si?

-No, claro que no pero tengo hambre

-Yo no tengo comida, tengo agua ¿sirve?

-No yo tengo hambre, nada más. Sabes mejor me voy a buscar comida

-Tú quédate aquí, yo voy -Hiccup se levantó y fue por comida.

Mérida estaba impaciente por comida, Hiccup ya se había demorado más de diez minutos. Depués de un rato llegó con Angus y Chimuelo, él llevaba sus brazos repletos de frutillas, no era brócoli pero era comida. Al ver las frutillas la pelirroja no tardó en tomar algunas de ellas y comerlas con desesperación, Hiccup no decía nada lo único que quería es que Mer esté a gusto.

Una vez que terminó de comer una buena cantidad de las frutas, la pareja hablaba y reía.

Tiempo después a la pelirroja le dieron nauseas y rápidamente corrió atrás de un arbusto, el castaño la siguió extrañado y recogió su cabello para que no se ensucie, ella vomitaba con fuerza y a su novio no le parecía que Mer estaba del todo bien.

-Mer, linda dime ya que tienes -sobaba la espalda de su compañera

-No sé y no me importa

-Quiero saber que tienes

-Ni yo sé -ella se fue molesta

-¡Mérida! -gritó viéndola

-¡Déjame! -un grito fue la respuesta, el castaño se limitó a suspirar.

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Hola, ¿cómo están? Espero que bien, bueno este fue el capítulo, no olviden votar y comentar.

Disculpen la demora :)

Amor Prohibido [Mericcup]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora