Era una noche tranquila aunque había bastante neblina en el camino por donde el carruaje real iba avanzando pero aun se podían ver las siluetas de los arboles del bosque de un lado y del otro se lograba escuchar el río que los acompañaba desde varios kilómetros atrás, también iba acompañado por una pequeña escolta de dos guardias reales ya que estaban casi seguros que nadie los atacaría sencillamente porque creían no había motivos.
Los Tenoh habían reinado por un sin número de generaciones y eran los reyes más amables, bondadosos, justos y buenos que se podían pedir según palabras de sus súbditos, según ellos nadie más podría reinar y superar a ese linaje de grandes reyes y reinas y los actuales monarcas no eran la excepción dentro de esa descripción, Misato y Miyuki Tenoh tenían un par de años que habían tomado el reino en sus manos y no había ningún tipo de reproche hacia su reinado de parte de nadie, al contrario este se estaba volviendo más poderoso y esplendoroso de lo que ya era, ni siquiera las más altas familias de nobles del reino podían tener alguna queja ya que ellos también pensaban que eran excelentes reyes justos y muy inteligentes que solo procuraban el bien para todos en el reino, lo que no imaginaba nadie es que Souta Kaioh el heredero principal de tan distinguida familia noble tenia envidia y enojo al rey desde que este, le arrebato el amor de Miyuki sin este saberlo cuando aun eran jóvenes, después de esto y que se le diera el trono a la joven pareja solo sirvió para que Souta sintiera mas enojo y celos llegando así a maquinar un plan de venganza como él lo llamaba para arrebatarle todo a ese hombre que le había quitado la felicidad de las manos, el seria el próximo rey estaba seguro ya que si los Tenoh algún día debían dejar de reinar los siguientes en la línea para tomar el trono eran los Kaioh, después de años de planificación por fin tenía la oportunidad para lograr su cometido todo debía salir perfecto.
El carruaje iba a paso lento con calma no tenían prisas por llegar aunque hubieran estado fuera por casi ya tres meses, aparte no deseaban que sus ocupantes se sintieran incómodos, nada malo iba a suceder quien podría tener ganas de dañar a los queridos reyes pensaban, pero lo que no sabían era que no iban solos por el camino como todos creían al contrario todo estaba listo para derrocar su reinado, el viaje era de regreso rumbo al reino de Nokaith los reyes de este esplendoroso sitio iban felices ya que el heredero o más bien heredera al trono acababa de nacer.
-Miyuki estas feliz- le decía el joven rey al ver a su esposa sonreír con solo llevar a la pequeña bebe entre sus brazos
-Si soy muy feliz y gracias a ti Misato ahora por fin tendremos una familia completa creo que una pequeña heredera es lo que nos hacía falta para completar nuestra felicidad- decía le reina mirando a su esposo con todo el amor que podía demostrarle.
-Lo sé aunque me hubiera encantado que hubiera nacido en Nokaith y no en un sitio tan lejano como el reino de Plata- su esposa solo sonrío y lo tomo de la mano
-Vamos no debes ponerte así sabes que debíamos ir para dejar todo bien sobre los tratos comerciales con ellos además no sabíamos que a esta pequeña se le ocurriría nacer en ese reino- el solo pudo sonreír y dirigir la mirada a la pequeña.
-Es verdad bueno creo que será una sorpresa para todos que regresemos ya con bebe y aparte que haya sido niña ya que todos en el reino juraban que nacería un niño-
-Si todos estarán muy sorprendidos, pero porque no la cargas- le dijo sonriendo pasándole a la bebe a su esposo
-Es muy bella será una gran monarca estoy seguro Miyuki el apellido Tenoh será más elevado gracias a ella ya verás ademas se parece a mi- decía él con una sonrisa orgullosa
Mientras esta conversación continuaba dentro del carruaje se comenzaron a escuchar a lo lejos varios caballos acercándose rápidamente.
-Misato quienes crees que puedan ser a esta hora-
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Amando a tu enemiga
RomanceHaruka una simple campesina y plebeya del reino y Michiru la princesa y única heredera de este se conocen por casualidad desde los ocho años pero conforme van creciendo y conociéndose más nace entre ellas un amor profundo que no puede romper ni la s...