Hagamos una locura

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Estuvieron un rato bailando el vals que tenían solo en sus mentes formando un momento mágico donde solo estaban ellas bailando con la luna reflejada sobre el lago, su luz parecía cubrirlas con un manto plateado, era igual a la escena de un cuento donde ambas eran las protagonistas, perdidas en sus miradas no se dieron cuenta de lo cerca que estaba sus rostros cuando de pronto se detuvieron notando la calidez de sus alientos, Haruka no pudo resistir mas acercando su rostro lentamente al de Michiru sintió como sus labios se unían tomándola por sorpresa pero respondiendo al beso rápidamente colocando sus brazos alrededor del cuello de Haruka, mientras esta la abrazaba fuertemente de la cintura teniendo como únicos testigos de aquella muestra de amor solo a sus dos corceles.

No sabían cuanto tiempo había pasado solo que seguían abrazadas mirándose a los ojos con sus frentes recargadas sin querer romper aquella conexión, aquel mágico momento porque si era un sueño ninguna de las dos quería despertar de él, no aun, era demasiado hermoso para que ya se terminara.

-Michiru debo decirte algo, ya no puedo silenciarlo más-

-Yo también quiero decirte algo importante-

-Michiru déjame hablar primero por favor- le decía mientras se separaba un poco tomándola de las manos sin dejar de mirarla ni un instante -Te amo-

-Haruka- decía sintiendo el fuerte palpitar en su pecho sentía como el corazón podía salirse de él en cualquier momento -Yo- no podía seguir estaba en shock frente a aquellas palabras que acababa de escuchar

-Nunca eh podido olvidar la mirada que tenias la primera vez que nos vimos, parecías una niña curiosa, pero al mismo tiempo asustada, desde ese momento supe que serias especial para mí, aunque no comprendí del todo lo que empecé a sentir desde entonces, cada vez que quería hablar contigo sobre eso, mis palabras pasaban de largo y se desvanecían sin llegar a ti, después te volviste mi deseo, mi amor, mi anhelo, y todo eso se acumulo por todos estos años, los sentimientos que no pude decirte ni transmitirte a través de mi sonrisa y de mis ojos, los escribí en esas cartas pero ellas tampoco llegaron, mi amor- la abrazo tratando de que sintiera aquello que trataba de decirle sin dejar de hablarle -Mi amor, si eso te convertiste desde que te conocí y aunque estuviste lejos todo este tiempo jamás dejaste de serlo, ni dejaras de ser por nada mi único amor, Michiru quédate conmigo, te juro que hare todo lo que esté en mis manos para hacerte feliz, porque siempre te voy a amar-

-Haruka yo también te amo- le decía mientras la abrazaba con la misma intensidad -Siempre lo he hecho y siempre lo hare, se que nos separamos justo cuando acaba de descubrirlo, pero el amor no conoce distancias por que las palabras abrazan, los versos también acarician y los suspiros también besan, aunque no recibí todas tus cartas, las únicas que tenía eran suficientes para seguirte amando por todo este tiempo y ahora que volví no pude hacer nada más que amarte igual o más de lo que ya lo hacía, porque tú también eres mi amor-

-Entonces, ¿te quedaras conmigo?, se que nos soy un príncipe y que no te puedo ofrecer todo aquello que siempre has tenido, pero te doy mi corazón, es tuyo y siempre lo ha sido, desde que te conoció solo late para ti- la miraba aun no creía lo que acababa de escuchar, su corazón latía tan rápido igual que un corcel desbocado que no sabía cómo detener, aun no creía que la amara con la misma intensidad con que lo hacia ella

-Si me quedare contigo mi amor, porque un príncipe no es aquel que tiene un palacio y mucha fortuna, sino que es aquella persona que te respeta, que te protege y que te ama, por eso tu eres mi príncipe- le sonrió, no sabía cómo demostrar la felicidad que sentía se acerco lentamente -Te amo Haruka, te amo más de lo que te puedes imaginar y jamás me alejare de ti, porque mi corazón también es tuyo y sin ti se moriría de tristeza- la beso en esta ocasión ella tomo la iniciativa al unir sus rostros para rodear con sus brazos el cuello de Haruka rosando con suavidad sus labios con los suyos en una tentadora y susurrante caricia pasando de un beso tierno a uno lleno de pasión

Amando a tu enemigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora