Capitulo 4. - Primer día tarde.

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Abrí mis ojos lentamente, y tarde mas tiempo de lo normal en acostumbrarme a la luz de la mañana. Mi mente estaba en blanco, aunque en realidad solo me daba pereza siquiera pensar en algo. Podía escuchar las nítidas voces y otros sonidos que no distinguía del todo que entraban por la ventana que conectaba mi habitacion con el balcón.

¿Balcón? Mi habitacion no se supone que tenga balcon.

Fruncí mi ceño y mire los rincones de mi habitacion.

Algo esta mal.

Esta no es mi habitacion.

Me levante de golpe de mi cama, que tampoco era mi cama, o al menos eso
intente. Mis piernas se enredaron con el edredón y caí por consecuencia al suelo.

El golpe fue suficiente para despertarme por completo y finalmente recordar que ahora vivo en Londres. Esta es mi habitacion. Ese es mi balcón. Y esa es ahora mi cama.

- ¿Que te paso? - Pregunto Sean mirándome con una sonrisa burlona.

Y este cinico chico frente a mi ahora es mi compañero.

¿Porque de todos los momentos tenía que entrar ahora?

- Así me gusta levantarme en las mañanas - Me excusé.

- ¿Con el culo en el suelo? - Preguntó Sean riéndose de mi.

- Jaja muy gracioso - Gire mis ojos - Si fueras un caballero, en lugar de reírte de mi, estarías ayudándome. - Trate de librarme del edredón pero termine más enredada que antes. Bufé molesta y forcejee el edredón un poco más. Y nada. Sean se acerco y me ayudo a librarme pero no dejaba de mirarme con esa sonrisa burlona. - Gracias - Respondí resignada

- No hay problema - Se puso de pie y despues me miro fijamente. Escaneandome de arriba a abajo y luego alzó una ceja y una sonrisa divertida se planto en su cara.

Por un momento me pregunte si tenía algo en la cara. O en alguna parte de mi cuerpo. Mire hacia abajo preguntándome que era lo que veía y solo en ese momento caí en cuenta de que estaba usando unos shorts muy cortos y ajustados, pero ese no era el problema, estaba usando además una camisa de tirantes blanca que se transparentaba ligeramente, y yo para colmo de males dormía sin sostén.

Me sonroje cual granada, y con el edredon que hace unos segundos me mantenía cautiva cubrí mi cuerpo entero. Esa fue la primera vez en mi vida me sentí ligeramente intimidada ante la mirada de un chico. Sus ojos dejaron de mirar mi cuerpo para chocar con mis ojos. Por primera vez desde que lo conocí pude ver a detalle su rostro. Y me sentí especialmente hipnotizada por esos ojos color azul que este chico se cargaba. Tanto que no pude escuchar lo que dijo despues.

- ¿............ ahora? - Reaccione cuando me di cuenta que me hablaba a mi

- ¿Que? - Pregunte torpemente

Una sonrisa divertida se planto en su rostro. Se dio cuenta de que mi falta de atencion fue provocada por él aumentando más su ego.

- Preguntaba, si no tienes clase ahora. - Repitió. Mierda, me había olvidado. Mire la hora en mi celular y me di cuenta que solo me quedaba media hora para mi primera clase, matemáticas. Me levante de golpe y corrí a tomar mis cosas para tomar una rápida ducha - Tomaré eso como un si - Lo fulminé con la mirada y levanto sus manos fingiendo inocencia saliendo de la habitacion sin decir otra palabra.

¿Para que vino en primer lugar?

Me adentre en el baño. Abrí la llave de la regadera y sentí como el agua fría caía por mi espalda, mi cuerpo se tenso en el momento pero luego sentí como el agua se iba calentando de a poco mientras me hundía en mis pensamientos.

BAD DEAL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora