CAPITULO TRECE

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[En este capítulo puede empezar a verse a un Kyle diferente ¡OJALÁ OS GUSTE!]

-Enseguida os pillo chicos.

Sube las escaleras hasta estar a mi altura en la puerta, no me atrevo a mirarle a los ojos, siento demasiada vergüenza de mi misma

-Tienes que irte Kyle- empujo su pecho impidiendo que entre en la casa

-No pretendía decir esas cosas esta mañana- pone una mano entre la puerta y su cuerpo para abrirla

-Te lo digo enserio, va a llegar enseguida no puede verte aquí- me sostiene la mirada ignorando lo que digo

-A que más te fuerza- escucho la puerta de abajo abrirse, sabía que iba a llegar, suele ser la hora de cenar y luego se va nuevamente -Les dijiste que no iba a pasar aquí la noche- sigo sin ver preocupación en su rostro

-No quería preocuparles, por favor, no necesito más problemas- en cuanto veo su cara se que está enfadado pero no entiendo el motivo

{KYLE}

-Que hace este aquí- se queda estática mirándole como si fuera un cachorro abandonado

-He venido a hablar con ella, no te importa que coño hago o dejo de hacer aquí.

Rabia recorre cada parte de mi ser dispersándose por mi interior, nunca imaginé que está situación pudiera ocurrirle a alguien.

[Este es Omar]

-Haz lo que quieras colega, ya hablaré contigo después- entra golpeándole el hombro al pasar directo a la habitación

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-Haz lo que quieras colega, ya hablaré contigo después- entra golpeándole el hombro al pasar directo a la habitación

-Vete por favor.

Apoya la frente en el marco de la puerta y puedo asegurar que nunca he visto a nadie tan asustado como ahora mismo, no debería importarme pero lo hace

-Coge tus cosas- cierro la puerta detrás de mí mientras la sostengo del brazo dirigiéndola a la habitación

-No va a coger nada.

Parece mentira que no sepa que en menos de dos minutos puedo dejarle en el suelo con varios de sus huesos rotos

-Se ha acabado tu tiempo de decir gilipolleces, coge lo que necesites- le advierto con la mirada que voy enserio y tras mirarle a él sale hacia la habitación -Te voy a decir dos simples cosas y escuchame bien- doy un paso hacia delante

-Se lo que le estás haciendo y procura que tu y yo no volvamos a tener problemas de hoy en adelante o no me importará hacer cualquier cosa y puedes tener claro que no vas a acercarte a ella de nuevo. Disfruta tu casa.

Salimos ambos y veo que tiene una bolsa blanca de deporte con cosas suyas supongo, sus manos tiemblan y tacos se escuchan al otro lado de la puerta.
El aire fresco sienta de rosas después del ambiente tan caldeado del interior.

-Vendrás hoy a casa y no quiero oír ni un puto no- se mantiene callada siguiendome sin rechistar, debe estar más afectada de lo que parece para no contradecir

Nada más llegar a casa, supongo que los chicos se esperaban que la trajera ya que la reciben con alegría, voy directamente a mi habitación.

Todo esto no debería estar pasando, me he dejado llevar por mis sentimientos en lugar de usar la cabeza y eso es lo que provoca el sufrimiento en las personas, pensar con el corazón, algo que he dejado de hacer desde hace mucho tiempo, llaman a la puerta y puedo imaginar quien es

-Ya que estás aquí, tengo que decirte las normas que va a haber si te quedas unos días- remarco con énfasis lo último y me siento en mi sillón mientras que ella está de pie

-Primero, aquí no puedes entrar sin mi permiso y mucho menos usar mi baño- rueda los ojos apoyada en la pared de forma chulesca

-Segundo, no puedes traer a nadie a casa nunca jamás- hago un repaso mental de lo que necesito que cumpla

-Mushka no puede comer nuestra comida que se mal acostumbra- creo que eso es todo, bosteza como si se estuviera durmiendo

-Que cojones querías- me levanto acercándome un poco y rueda los ojos volviendo a su forma natural aunque no tiene ese brillo característico en la mirada

-Darte las gracias, se que no me quieres aquí y te prometo que éste lunes me iré- parece fácil que sólo vaya a estar cuatro días y luego se vaya con sus padres.

-No importa. Mientras respetes mis normas y no molestes haz lo que te de la gana- sacando el dedo corazón sale por la puerta.

Suena patético que se me haya quedado una sonrisa en la boca, una especie de nudo en mi pecho formado esta mañana ha desaparecido, ahora sé que no está con ese cabrón.

Tu efecto en mi 1 [ACABADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora