CAPITULO VEINTICUATRO

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Quiero que las cosas queden claras bombón, no sé si puedo darte una relación. Ahora mismo no se nada- acaricia suavemente mi pómulo, este no es el Kyle que conocí

Tienes que conocerme para ver si realmente te gusto Kyle- mi voz suena asustada y joder, normal 

Te conoceré, nos conoceremos. Ten paciencia...-  susurra mientras acerca su cara a la mía, tomo aire de forma sutil, nunca había estado tan nerviosa por un beso.

No soy consciente de cuando he cerrado mis ojos lo único que siento son sus labios calientes sobre los míos, los roza para que segundos después se muevan al compás, subo con cuidado la mano por su pecho hasta que llega a su nuca.

Baja las dos manos hasta mi cintura donde me acerca más a él, sabía que sus labios eran suave pero nunca imaginé que tanto y su sabor es muy dulce. 

Agradezco estar aún en bikini para sentir sus grandes manos por mi espalda, mordisquea mi labio haciéndome reír

Esto no debería estar pasando ¡Tu me odias y yo te odio!- su hoyuelo aparece y me tira sobre la cama haciendo que caiga de espaldas

Me encanta esta forma de odiar- deja besos por mi mandíbula, mi cuello y uno pequeño debajo de la oreja

—Esto no significa nada Kyle ¿lo sabes? Es sólo diversión pero tenemos que conocernos- asiente y me agarro a su nuca cuando lame suavemente mi lóbulo

Tenemos todo el tiempo del mundo para conocernos- giro la cara para que nuestros labios vuelvan a unirse, gracias al cielo por hacer este momento realidad, tengo que hacer una reflexión mental sobre mis sentimientos hacia el.

Ven mañana conmigo-

Le aparto un poco y suspiro, me incorporo haciendo que estemos ambos sentados cara a cara.

Ruedo los ojos accediendo y me levanto para salir de ahí, cojo el pijama que llevaba en la mano y se ha quedado en un lado de la cama, me meto en el baño de fuera a ponerme mi pantalón negro y mi camiseta gris.

Mis mejillas están sonrojada y noto un tomo especial en el verde de mis ojos. 
Dejo mi bikini en mi habitación, son casi las once de la noche

¿Te apetece hacer algo?- está tumbado en el sofá y niego poniéndole de cenar a Mushka.

Necesito dormir mucho hoy, quiero aprovechar que tengo una cama- apagamos todas las luces subiendo las escaleras mientras mi corazón empieza a palpitar, enciendo mi lamparita de noche y no cierro la puerta, Mushka se sube a la cama y me tumbo a su lado acariciándole.

Mañana a las once tenemos que estar en el muelle.

Tengo casi doce horas completas para dormir y va a venirme de maravilla. Se va y su comportamiento vuelve a ser cortante, yo ya sabía que ese beso no iba a significar nada y como el ha dejado claro, no tenía intención de cambiar. 

—¡Son las nueve y media!- la luz ya entra por la ventana y mi cuerpo parece estar cargado al cien por cien.

Diez horas de sueño pueden ser milagrosas. Me estiro y Mushka ya no está conmigo, hago un repaso mental de todo lo que tenemos que hacer hoy y me emociona

—¿Me has oído!- se asoma a mi puerta y sigue sin camiseta con los pantalones que utiliza para dormir —Te estoy jodidamente hablando- tira del edredón quitandomelo de encima y noto que mi camiseta se ha subido un poco

—Te estoy escuchando gilipollas, dame un momento, para ponerme un bikini no tardo hora y media- se tumba boca abajo a mi lado

—Hazme tortitas- sonrío con los ojos cerrados —No me estás haciendo caso- abro los ojos y me está mirando

—Si te estoy haciendo caso, ahora voy- giro sobre mi misma de espaldas a el.

Si te dejo sola vas a dormirte- pasa la yema de los dedos por mi cintura —Y si te duermes vas a estar en serios  problemas. Baja que quiero hablar contigo de algo-

Se activa una alarma en mi organismo y salto de la cama siguiéndole escaleras abajo, no he lavado mi boca y después de toda la noche sin salivar debe notarse que no huele muy bien, cojo un caramelo de un cuenco de la mesa y me saca del paso.

Como si fuera un robot cojo los huevos, la harina y todos los ingredientes mezclándolos. Parece una rutina que se siente en la barra mientras me mira cocinar

Dime de que quieres hablar- sueno desesperada pero el no está menos nervioso

Respecto a lo de anoche, no soy un chico de demostrar sentimientos, ni afecto en público o mierdas así. Sólo pretendía que supieras que me gustas- analizo cada palabra mientras voy dejando tortitas en un plato a mi lado, no encuentro mal lo que me está diciendo

Tampoco quiere decir que no tenga interés en conocerte- con un bote de Nutella y dos tenedores coloco el plato entre ambos

—Necesito recuperarme después de lo de Omar, no veo mal el conocerlos, Kylerito- su rostro enseguida se frunce

—No me llames de esa forma, te he dicho millones de veces que no me gustan los apodos. Esta noche volveremos a casa, no se exactamente a qué hora vienen a recogernos pero sé que muy tarde- me llevo un bocado de mis creaciones a la boca y le cedo las dos últimas para que las termine.

Busco entre mis cosas el último de mis bikinis, uno con un estampado trival bastante veraniego y bonito. Ajustando en la parte de detrás y un poco pequeño delante pero lo suficiente para que nada salga de sus sitio

—Estoy lista y sólo son las diez y media, para que veas idiota- me cepillo el cabello en el espejo de cuerpo completo que hay en su habitación, me gusta mi nuevo tono moreno

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Estoy lista y sólo son las diez y media, para que veas idiota- me cepillo el cabello en el espejo de cuerpo completo que hay en su habitación, me gusta mi nuevo tono moreno

No me fío de las mujeres, siempre decís que estáis listas y luego no es cierto. Ponte crema-

Ato mi cabello en una coleta alta muy cómoda.  Me pasa un bote de crema para la cara y la aplico en mi dedo anular para empezar a repartirla intentando que quede uniforme, encima de su armario hay varios botes de crema y elijo uno con la protección más alta y encima que huele a coco, perfecto.

Lo reparto por mis piernas y mi abdomen, subiendo hasta los brazos y el pecho.

—¿Me echas crema?-

Suspira cogiendo el bote y me coloco de espaldas quitando la coleta del medio para que tenga más libre acceso. Sus manos son muy grandes y calientes

Si en algún momento te sientes incómoda podemos irnos a cualquier sitio- acaba y realmente estaba disfrutando la sensación. El opta por el spray que no hace falta esparcir.

—Gracias por la crema- la dejo en sus sito sintiendo los nervios a flor de pie, está quieto observándome sin pestañear

—Gracias por las tortitas- sonrío como respuesta pero parece que tiene planeado algo más.

Tu efecto en mi 1 [ACABADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora