Todo se queda en los recuerdos. ¿Pero ellos dónde quedan?
¿Dónde quedan los momentos que pasamos en el sofá sin hacer nada? ¿Dónde quedan esas miradas que lo decían todo? ¿Dónde quedan esas veces que me cogías las manos con las tuyas porque las tenía más que congeladas?
¿Dónde?
No quedan en el olvido, porque no se olvidan, sino que siempre aparecen como si fuera necesario vivirlos otra vez. Por eso no los intentes olvidar, ya son parte de ti. No les des una patada cada vez que aparezcan por tu memoria, sólo sonríe y calla. Y sobretodo no se lo cuentes a nadie, porque a nadie le importa lo feliz que fuiste en ese momento si no lo eres en el presente. Recuérdalo en silencio, porque ese recuerdo es solo tuyo y mío. Guárdalo lo mejor posible, porque sabes que no habrán otros que puedas formar.
Recuérdalo y cuídalo, como si de mí misma se tratara.
Recuérdame a mi.
