Capítulo 5

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Rayos de sol chocan contra mis párpados, haciendo que abra los ojos, molesta. Dolores invaden mi cabeza, consiguiendo que hiciese una mueca de dolor al levantarme, mientras me llevo una mano a la frente. Maldita resaca.

Veo a mi querida amiga Ana profundamente dormida, a lo que yo enternezco porque está realmenre adorable. Decido no despertarla, y seguidamente bajo las escaleras para ir a la cocina a tomarme algo para el horrible dolor de cabeza.

Creo que estamos solas, pero no me extraña; mis padres pasan la mayoría de su vida trabajando. Me tomo una pastilla, y seguidamente me cojo un par de magdalenas y me hago un Nesquick para desayunar.

Termino en unos minutos y subo escaleras arriba para despertar a Ana, ya que sabiendo cómo es, puede quedarse durmiendo hasta por la noche, bueno, en realidad al igual que yo.

-Ey, despierta.-digo zarandeándola suavemente.

-Mm...-murmura cosas sin sentido revolviéndose entre las sábanas.

Miro a mi alrededor, a ver si doy con lo que busco. Y doy con ello. Cojo el vaso de agua que hay sobre mi mesita de noche y preparo la cámara de Snapchat. Comienzo a grabar y le echo todo el agua de golpe.

-¿Pero qué haces con tu vida?-chilla mientras se levanta de golpe.

Yo respondo solo con risas al estilo foca retrasada, no sé cómo describirlo, pero creo que me entendéis.

-¡Gilipollas!-grita empezando a perseguirme.-¡Borra eso!-dice intentando quitarme el móvil.

Correteamos por casi toda la casa, hasta acabar tiradas en el sofá del salón mientras Ana me hace cosquillas, y yo, pues llorando de la risa.

-¡Para por favor!-intento decir sin aliento.

-Que sepas que paro porque estás morada de tanto reírte y me estoy empezando a asustar.-dice inocente.

-Claro.-respondo irónica mientras le saco la lengua.-Bueno.-digo en un suspiro y me incorporo.-¿Planes para hoy?

-Hace un día estupendo.-dice sarcástica mientras mira por la ventana, y puedo comprobar que está lloviendo.

-Pues hoy vamos a quedarnos aquí a intentar acordarnos de algo de anoche.

-Me parece bien, porque yo solo recuerdo cuando acabábamos de llegar y nos sentamos en un sofá de por ahí. Bueno, y de otra cosa que ya te contaré más tarde. Fue un momento en el que se me fue un poco la borrachera.

-Solo te digo que casi tienes pinchito con uno, pero yo te salvé.-digo con aires superiores.

-¿Lo dices enserio?-dice sorprendida.

-Totalmente.-hago una pausa.-Le estabas perreando a Jesús, uno de los gemelos esos, con los cual tuve una pequeña discusión.

-¿Qué tipo de discusión?-pregunta interesada.

-Pues simple. Como tú ibas muy pedo, el chaval este se estaba aprovechando de ti, y pues le dije unas cuantas cosillas, pero apareció Dani, el otro gemelo,-pongo cara de asco al nombrarlo.-y buah, me dio la lata.

-A qué te refieres con que...-intenta hablar Ana, pero antes le corto.

-Y que sepas que él vino por tu culpa.-digo a lo que abre los ojos como platos.-Porque empezaste a decir que estaba amargada, que necesitaba echar un polvo o liarme con alguien por primera vez en mi vida.-digo cruzándome de brazos.

-¿Enserio dije todo eso?-dice con cara inocente.

-Sí, enserio.-digo suspirando.-Pero bueno, te lo dejo pasar porque ibas demasiado borracha.

Estuvimos hablando unas horas, ya que nosotras cuando empezamos, no paramos. Y ahora es cuándo todas malpensáis, sí.

Entre charla y charla nos dan las tres de la tarde, y como mis padres no aparecen, nos hemos tenido que hacer la comida nosotras, algo simple; macarrones.

Comemos rápido, ya que tenemos mucha hambre, y seguidamente, vamos al salón con golosinas, bolsas de patatas y algún que otro refresco, ya que vamos a hacer sesión de películas, como lo solemos llamar.








Capítulo caca, lo sé, pero es que estoy con las recuperaciones y exámenes finales. Por lo menos para que tengáis un capítulo.

Y bueno, que lo siento por la mierda esta y seguiré pronto con una maratón. Besis.


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