Chatt con un desconocido ✔️ (EDITANDO)

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Scott

Despierto con un fuerte dolor de cabeza y una punzada muy fuerte, ¡Diablos!, siento como si mi cabeza fuese a explotar en cualquier momento, me levanté y miro a mi alrededor, aparte de que no conocía este lugar sentía la garganta seca y mis ojos me ardían como el demonio, ¿En dónde rayos estoy? Esta habitación no se parece para nada a la mía, a parte de que es de chica. Miré hacía abajo y noté que estoy en bóxer. ¿Por qué estoy casi desnudo? No entiendo nada y el maldito dolor de cabeza no dejaba de estar ahí, haciendo que entienda menos.

La perilla de la habitación empieza a girar y la puerta de abre de par en par—Hola, amor—Me saluda una chica entrando a lo que creo es su habitación, tiene el cabello castaño claro, aunque no puedo negar tiene unos hermosos ojos marrones y estaba en ropa interior. Oh, no, no, esto no puede estar pasando.—Te has despertado.

Mi cabeza daba vueltas tratando de comprender esta maldita ecuación en la que estaba metido.—Que...—Empecé a decir, pero ella con una sonrisa se acerca a mi para besar mis labios y la detengo.—¿Qué hago yo aquí?

Una risita se escapó de sus labios haciendo que me molestara un poco. ¿Qué le era tan gracioso?—Eso no es lo importante, lo realmente interesante es que tu—Me señala— Ayer fuiste de gran ayuda para mi —Dice aquella chica y yo elevo una ceja. Esta chica se me hacía conocida, pero no tenía idea de cómo se llamara o de donde la había visto— A decir verdad no me siento orgullosa, pero  saber que lo hice por una buena causa. Me ayuda mucho a que no me mate la consciencia.

Siento como si hablara en chino.—No entiendo.—Dije.

Ella suspira. Sin mirarme me empieza a decir.—Te tuve que dar una fuerte dosis de droga—Abro los ojos como plato. ¿¡Ésta me ha drogado?!—Pues verás, ayer en la noche llegué con los vasos y en el tuyo te había echado la droga, uno de tus "amigos".—Hizo comillas con sus manos. Ya no se puede confiar en nadie.—Me ayudaron a que te bebieras el contenido de ese vaso, pero antes que nada ellos no sabían que te iba a drogar.—Perdóname madre, sé que no debo insultar a más mujeres, pero esta tipa es una perra necesitada de sexo, no puedo creer que me haya drogado para acostara con ella.

—Por eso tanta insistencia para que fuera a esa dichosa fiesta—Susurré para mi. Comprendiendo un poco porqué mis amigos me estaban casi rogando para que fueran.

—Si, ellos pensaban que solo te iba conquistar y ya—Se sentó a mi lado y me alejé de ella como si fuera tóxica.—Te llevaron a la habitación— Si las leyes fueran distintas esta maldita tuviera en la cárcel por drogarme y por violarme. ¡Y nadie me diga lo contrario!, ésta me ha violado.

—Y dijeron que alguien me quería ver y que iba a quedar muy impresionado— Susurré como si las piezas empezarán a encajar.

—Exacto, te di la bebida con el polvo especial—Me dice mientras me guiña un ojo—Pero cuando te iba a besar, me dijiste que no podías por Leila—Dice el nombre de Leila con odio y algo de recelo.—Así que te tuve que dar una fuerte dosis en un vaso de agua..

—Aun no entiendo algo—Dije mientras la interrumpía—¿Por qué  lo hiciste?—Dios mío, no quiero ni pensar en lo que había hecho por culpa de esta loca. Si Leila se llega a enterar...

—Para que Leila lo viera todo—Dice sonriendo de oreja a oreja.

—¿¡Leila lo vio?!—Exclamé sin ocultar mi cara de horror. Si eso es verdad, creo que moriré.

—Nos vio en acción—Me corrige mordiéndose el labio. El dolor de cabeza parecía más fuerte que nunca y sentía como me daban unas náuseas de muerte, pero no pensaba vomitar aunque me diera tanto asco. Solo pensaba en lo horrible de esta situación. Leila es demasiado especial para mi y perderla significaría perderlo todo.