Todo era perfecto; todos mis novios literarios estaban presentes... pero el celular me envidio y sonó la alarma. Casi aviento el maldito celular, pero allí están todas mis imágenes y canciones de distintos fandoms, así que lo dejé vivir.
Genial, mis queridas vacaciones acabaron y tengo que volver a la escuela. Tres perfectas semanas de leer, administrar páginas y acosar a mis ídolos se acabaron.
Estaba cuestionándome si ir a la escuela o no cuando alguien entró a mi cuarto y prendió la luz
-¿¡Qué te pasa mundana!? Te he dicho que no hagas eso, soy una criatura de la noche.
-Si, si, si, ya levantate que se te va a hacer tarde rarita.
Antes de que se fuera le lancé una almohada y le grité:
-¡Maldita sin facción, no vuelvas a llamarme así o yo misma ne encargaré de que CRUEL te secuestre y te haga pasar por las pruebas!
La hija de Snow me ignoró y se fue.
Juré venganza y fui a vestirme.
Me puse unos jeans negros, una blusa negra y mis tenis rojos.
Tomé mi celular y una chamarra y bajé a desayunar.
Abrí el refrigerador en busca de algo para comer, pero desgraciadamente no había nada.
-¿Dónde está Sartén cuando se necesita? Ñeee compraré algo de camino.
Se me hacía tarde y la escuela no estaba tan cerca que digamos así que tomé mi mochila y salí de mi casa.
Pasé por una tienda y me compré un café frío. Todo iba bien, me dirigía a mi salón cuando mi mala suerte hizo de las suyas.
Sólo se que terminé en el suelo, y mi delicioso café ahora era parte de mi atuendo.
-¡Esto es obra de CRUEL!
Todos se empezaron a reír de mí como los idiotas que son. Incluso el profesor, maldito viejo ruco.
-Señorita, el café es para tomarse, no para usarse- me dijo el muy maldito y todos se rieron de nuevo.
Y después se queja de porqué no hago tarea
-¿Me lo jura?
-Siéntese señorita
-Si pudiera lo haría, pero estoy muy ocupada nadando en mi café.
-Ya basta, levántese si no quiere ir a la dirección.
-¿Qué no ve que no puedo pararme? El suelo está resbaloso, caeré de nuevo.
-Joven Corradini, hágale el favor a la señorita de ayudarla a levantarse.
¿Corradini? ¿Bruno? ¿Has venido por mí?
El chico se paró de su asiento y me extendió la mano.
-Soy Alejandro
-¿¡QUÉ?! ¿Corradini? ¿Y Raúl? ¿Y Valeria? ¿Y el club de los incomprendidos?
-Señorita- me gritó el viejo - no soportaré otro de sus ataques de locura, sientese o la repruebo.
-En primera, no es locura, es fangirleo, en segunda, no puede hacer eso.
-¿No puedo? ¡Sálgase de mi clase! Y usted también- señaló a Alejandro- ahora.
Me levanté como pude ya que Alejandro se quedó viendo al maestro, lo jalé del brazo y antes de salir hice una reverencia hacía el vejestorio ese y le dije:
-Gracias por su atención. Y no le deseo el mal, pero ojalá tenga la llamarada y no sea inmune.N/A
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Tenías que ser mundano
Teen FictionKaren, una fangirl. Alex, un mundano. Ella quiere vivir su propia historia con un chico cómo el de sus libros. Él quiere olvidarse de su pasado y descubrir qué le tiene preparado el destino. Ella está harta de las cosas normales. Él esconde varios...