Mínimo cinco minutos corriendo como la loca que soy por los pasillos, hasta que alcancé a ver a Alex.
¿Cómo puede correr tan rápido?
Maldito, ya no puedo más.-¡Me rindo Alex!-grité para que me escuchara.
Pareció no escucharme, porque siguió corriendo.
Me di la vuelta y caminé a mi salón.
Llegué en cambio de clase y en cuanto entré Melissa se dejó venir.-Tienes que contarme que demonios pasó.
-Pues no hay mucho que decir, ellas empezaron y...
-No hablo de ellas-me interrumpió-hablo de ese chico, Alejandro.
-Ahh, pues tampoco hay mucho que decir en realidad.
-Oye, no empieces, falto un día y me pierdo de tus conquistas. Lo menos que puedes hacer es contarme, Teresa.
-Hey, no es necesario el insulto-reclamé ofendida-. Cómo sea, siéntate.
Nos sentamos en nuestros lugares y comencé a relatarle con lujo de detalles. Ella sólo me miraba.
-... Y me cansé de correr, así que regresé.
Melissa se quedó callada.
-Vamos, dime algo-le supliqué después de unos segundos.
-No sé que quieres que diga. ¿Mí opinión? Tengo que verlo. Pero con Corradini cómo apellido ya tiene puntos a favor-me dijo con una sonrisa.
-¡Pero es un mundano!
-Sí-hizo una pausa-ese es el problema.
-Aquí no hay problema, él no es nada de mí. No me gusta. Además, los únicos que merecen mí amor son mis novios literarios.
Melissa me lanzó una mirada incrédula y agregó
-A ver niña, por cinco minutos me hablaste sin parar de ese chico, y el brillo en tus ojos casi me deja ciega, ¿te atreves a decirme que no te atrae?
Por favor, soy tu Parabatai. Nos conocemos desde el kinder. Sé más de ti que tus padres, no trates de mentir.-Pero-comencé a decir, y una vez más me interrumpió.
-Sé que no lo conoces mucho, y que ese inicio no fue lo mejor. Además de que te da miedo volver a ser lastimada.
Bajé la cabeza y ella me levantó la barbilla con su mano.
-Hey, mírame. Sé que no quieres que pase eso de nuevo, pero es tiempo de olvidarlo nena. Sí, Kevin fue un maldito estúpido, que te hizo sufrir mucho y créeme que si lo vuelvo a ver voy a golpearlo hasta que llore.
Pero es momento de dejarlo atrás. No te pido que empieces una relación. Porque, vamos, apenas y conoces a este chico, pero no quiero que te niegues la oportunidad de conocerlo. ¿Está bien?Asentí con la cabeza y Melissa me abrazó.
-Mucha tristeza por hoy, ahora cuéntame de qué me perdí-me dijo ansiosa.
-Pues el trío de huecas sigue igual. De maestros, nada nuevo. Excepto el de inglés. Ese hombre es perfecto.
-¡Ya sé! ¿Le has visto el trasero? Las vacaciones le sentaron muy bien.
-¿Dijiste qué tenía buen trasero?-preguntó una castaña emocionada.
-Madre mía, Ana, sólo mencionamos eso y apareces.
-Oye, los chicos nalgones son perfectos. De hecho, ya le eché el ojo a uno de nuevo ingreso, es uno de los pocos que tiene en éste salón-dijo alzando una ceja.
Esa castaña risueña y pervertida es Ana. Una de mis amigas, ¿Mencioné que le encantan los chicos nalgones? Bueno, ¿a quién no?
-Oigan, ¿Y Lea? No la he visto en todo el día.
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Tenías que ser mundano
Fiksi RemajaKaren, una fangirl. Alex, un mundano. Ella quiere vivir su propia historia con un chico cómo el de sus libros. Él quiere olvidarse de su pasado y descubrir qué le tiene preparado el destino. Ella está harta de las cosas normales. Él esconde varios...