Miranda

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Me quedé sentada en las escaleras esperando la llegada de Adrián. El suelo estaba algo frío, pero era mucho mejor que estar en la estúpida sala de espera con las estúpidas revistas. Tal vez ponga una queja.

«¿Por las revistas?»

«¡Sí! ¿A quién se le ocurre que en momentos así alguien va a querer leer una estúpida revista de moda?»

«Las usan como distracción, Karen»

«¡Distracción mi inexistente trasero! Si estás en el hospital, preocupado por alguien y te sientas ahí no sería como "Oh, mi hermano se está muriendo, pero no importa, la semana de la moda de hace tres años es más interesante" Porque además de ser aburridas, ¡las revistas son del año de mi nacimiento!»

«Sí, sí, ya me quedó claro»

La conversación murió y saqué el celular de Javier.

«¡Karen, deja ahí!»

«¿Qué? No tengo nada que hacer, ver sus fotos no hará ningún daño»

«Estás invadiendo su privacidad»

«Según Louis Tomlinson, las leyes de la privacidad están jodidas, así que ni modo»

«Pero...»

«Shhh, ¿no tienes fanfics que escribir?»

Mi voz interna se calló. Jaque mate.

Puse la contraseña y revisé sus imágenes.

¿Qué? Ahí está lo más interesante, no me juzguen.

Cómo sea, la primera parte estaba llena de fotos de apuntes, cosas de la escuela. La verdad no había nada relevante, hasta que encontré un álbum. "A"

¡Al fin! Hermanito, escondes tus cosas bien, pero no lo bastante bien como para que yo no las encuentre.

¡Madre mía, Willy! ¡Más de 2000 imágenes! ¡Incluso hay vídeos!

A Javier siempre le ha gustado la fotografía, he aquí el por qué del álbum.

¿Saben? Javier no me hace pendeja, lleva mucho tiempo con Adrián.

Sin perder más tiempo, entré a ver las fotos.

¿Han visto un panda dormir? ¿Un gatito bebé maullando? Tierno, ¿no es así?

Bueno, pues las fotos pasan los límites. Es como ver a Michael gatito Clifford estornudando, con todo y su nariz roja.

Sí, así de tierno.

Me va a dar un ataque al corazón.

Adrián es el chico más tierno que he visto. Sus ojos verdes son muy grandes y brillantes, es de mi estatura, lo cual demuestra que es bastante pequeño, tiene unas pestañas preciosas y por lo que veo, le encanta usar un suéter más grande que él mismo.

¿Escuchan eso? Sí, mi grito de fangirl.

Mientras veía las fotos mi corazón sufría veinte ataques a la vez. No iba por la mitad del álbum y veo a un chico venir hacia mí.

Tiene puestos unos jeans azules, los cuales se ven perfectos en sus piernas, y un suéter gris que le quedaba algo grande de las mangas, lleva converse negras y su cabello café claro está revuelto por todas las direcciones posibles.

Levantó la mirada y vi esos grandes ojos verdes, que a juzgar por las tonalidades en rojo, habían estado derramando lágrimas. Caminaba algo inseguro, se abrazaba a sí mismo y recorría la entrada con la mirada.

Tenías que ser mundanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora