Alex: fotógrafo.

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Oscuridad. Gritos. Personas corriendo. Pánico.

Una voz diciendo mi nombre. Una persona a mi lado.

"¿Por qué sigues aquí?".

Luego, oscuridad.

Entonces desperté.

—¡Gracias a Raziel! Por poco y voy por agua fría. Ahora vístete rápido, se nos hace tarde.

Estaba desubicada. El sueño que había tenido parecía más una advertencia, pero no lograba recordar mucho, así que lo dejé.

Me dolía la cabeza, pero la insistencia de Melissa era tanta que lo ignoré y fui hasta mi closet. Tomé unos jeans de mezclilla, una blusa blanca y mis converse del mismo color. Más dormida que despierta, me arreglé el cabello y tomé mi mochila.

Poco a poco las cosas tuvieron sentido, recordé todo lo que había pasado el día anterior; Javier, Adrián, Ricardo y Andrea, Miranda, todos aparecieron en mi cabeza.

El dolor de cabeza disminuyó un poco y los rostros se desvanecieron. Comencé a bajar las escalera y un ruido proveniente de mi estómago me trajo de vuelta a la realidad.

—Mel, tengo hambre.

Oí su voz en la cocina, así que caminé en esa dirección.

Como era de esperarse, mis padres y mi hermana no estaban en casa. Mi única compañía era Melissa.

Entré a la cocina y ahí estaba, tenía dos termos en la mano y su mochila colgada al hombro.

—Tu café— explicó—, te hace falta. Es más que obvio que aún no despiertas.

Motivada por el delicioso aroma me acerqué a ella y tomé el termo. Ella es de las pocas personas en el mundo que sabe hacer mi café.

Después de unos tragos sentí como todo empezaba a tener color, mi mente comenzó a trabajar y desperté del todo.

—Gracias, no sé que haría sin ti.

—Deja tus cursilerías para otro día, morra. Se hace tarde y hay que caminar.

Salimos de la casa y cerré con mis llaves. Comenzamos a caminar.

—Y... ¿qué piensas hacer?— dijo curiosa.

—¿Sobre qué?

—Miranda. ¿Vas a mandarle algún mensaje?

—Wey, no sé. No olvido lo de ayer, es demasiado atrevida y muy linda. Supongo que un mensaje no haría daño.

—¡Esa es mi Karen! Rápido, dame tu teléfono.

Sin protestar, lo saqué de mi bolsillo y se lo di. Al instante lo desbloqueó y abrió mis mensajes. Empezó a escribir. Iba por la mitad cuando me percaté de a quién escribía.

—¡No mames! ¡Dame eso!— grité.

Mel es más alta que yo, así que levantó mi teléfono y quedó fuera de mi alcance.

—Atrápalo— me retó.

—¡No seas hija de puta y dámelo! ¡Cuando dije que le mandaría un mensaje no significaba que se lo mandaría ahora!

—Vamos, Karen. ¿Cuándo piensas escribirle? Es momento de dejarte llevar y experimentar cosas nuevas. ¿No dices que te gustó la chica?

—Pues sí, pero eso no significa nada. ¡Ni siquiera la conozco, podría ser una loca! ¡Tal vez quiere raptarme y hacerme quién sabe qué!

—Karen, ¿cuántos fanfics de Rayita has leído en estos días?

—¡Ese no es el punto! Sólo he leído dos...— Mel me miró con desaprobación—. ¿Qué? ¡No me mires así! Ya no tenía nada bueno que leer, además, ahora soy la hermana de Luke Pendemmings y estoy a nada de casarme con Calum Perfecto Hood. Y en otra soy amiga de Dylan O'Brien y estoy a punto de filmar mi primera escena en una continuación de Teen Wolf.

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⏰ Última actualización: Jul 01, 2017 ⏰

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