Cap 8: Un paso más cerca.

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Mítica vio como Mikhail se alejaba, a paso deslumbrante digno de un príncipe. Seguido por su cara de trasero segundo al mando. Ese tipo le caía bien, aunque no podía asegurar si el también sentía camaradería hacia ella. Daba igual.

- ¡Mítica! - sus sentidos se dispararon y al girarse esquivó una daga - ¡Oh no! ¡MALDITA SEA YA LA TENÍA!

- Nunca me vencerás pequeño - dijo corriendo para desordenar el cabello de uno de los adolescentes más poderosos de todo el clan -  Cristo, tus lanzamientos han mejorado mucho.

- ¡NO! ¡YA TE TENÍA!

- ¿Por qué gritas?

- ¡NO TENGO IDEA! ¡AHH! - él continuo gritando.

- Cristo ya... - el niño continuó con sus gritos, cada vez más fuertes - oye Cristo ya. Tienes que parar de...¡ YA PARA DE GRITAR!

- ¡POR QUÉ GRITAS TU!

- ¡ES QUE TU NO DEJAS DE GRITAR Y ME DAN GANAS DE...GRRRR!

Mítica se abalanzó sobre él y comenzaron a rodar. Reían mientras se hacían cosquillas y luchaban por el control del cuerpo del otro. Entre risas y golpes un poco bruscos se sentaron y empezaron a reír a carcajadas. Las costillas de Mítica empezaban a doler mientras luchaba por introducir aire a sus pulmones. Ese niño había sido el único que nunca sintió una pizca de miedo hacia ella. Los demás mantenía las distancias o se mostraban inquietos en su presencia. En cambio Cristo la seguía a todos lados. Tanto que una vez Mítica se giró a asustarlo de muerte pero después de que el quedara con el rostro en blanco...el niño se hecho a reír sin control. Y nunca supo como, pero ella también empezó a reír. Nunca había cambiado, siempre fue el mismo niño. Dulce, audaz, inteligente y, lo que más le gustaba y llamaba la atención en él, era que le  encantaba gritar.

- ¿Dónde has estado? Te he extrañado Mítica.

- Y yo a ti pequeñin.

- Que no soy pequeño ¡CUANDO LO COMPRENDERÁS!

- Cuando dejes de gritar, gusano - Cristo la miró con lo que era inconfundible cariño en los ojos. Pero su expresión cambió al instante. Los ojos del adolescente miraban más allá de Mítica ¿Era esa una mirada de idolatrismo?

- Hombre...eres genial - el niño seguía con cara de adoración.

- Gracias, pequeño - su cuerpo se tensó. Los músculos de las piernas y sus terminaciones nerviosas no reaccionaban. Oh no, iba entrar en pánico. El aroma de Fedrik recorrió sus fosas nasales y se estremeció. Sus manos empezaron a temblar. Ese sueño del infierno había dejado huella en ella ¡Maldita imaginación activa! ¡Porque no puedes dejar a esta inocente criatura de Dios en paz! Se giró para ver a Fedrik quién le ofrecía una encantadora sonrisa de lado. El cabello se le caía en la cara de una forma muy atractiva y seductora.

- ¡Hermana! Código 3678 ¡Estamos en código 3678! ¡ESTO NO ES UN SIMULACRO!

- ¡QUE ES LO QUE TE SUCEDE! ¿QUE ES ESE CÓDIGO? ¿¡Y POR QUÉ GRITAS!?

- ¡Alarma de compañero en el clan! ¡Repito! ¡Compañero en el clan! ¡Ahhhhhhh!

- Te juntas mucho con Cristo, Mítica. Enfrentalo sola, estoy yendo a quedarme con Wrath.

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