Kalel, Negro y... Camino

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ÉIREN

Me levanté y caminé como pude hacia él, no podía evitarlo.. quería verlo, tocarlo, quería rozar esa marca que yo ya sabía que encajaría con la mía perfectamente, cuanto más me acercaba a él más crecía el deseo de tocarlo, pero también el calor, ese calor insoportable que mi marca producía y me hacía desfallecer. Me senté en su camilla y descubrí su hombro. Su marca no estaba.

-¡Briana!- Miré hacia ella y vino en seguida -Su marca... ¡Ya no está!

-¡No puede ser! ¡Estaba ahí! ¡Juro que la vi! ¡Por eso le trajimos aquí!

-Oh...-Dijo una voz chirriante muy cerca de mi- se ha desplazado... ¿Habéis mirado en su espalda?

Briana y yo nos miramos y sin demora le dimos la vuelta. Su capa tapaba su espalda.

-Fuera. Dejadme sola con el.

-¿Qué?- dijo Briana mirándome perpleja- ¿Quieres que me vaya?

-Bri, tu y el doctor muerte, fuera. 

La miré a los ojos desafiándola. No habían dos hermanas mejor compenetradas que nosotras, sabía que Briana siempre me había apoyado desde el momento en que mi marca apareció al nacer, ella me enseñó que había que ser fuerte y me esperó hasta que yo tuviera edad para entrar en el laberinto, a pesar de las presiones de nuestra madre. Por eso sabía que no entendía la razón por la que no la dejaba estar conmigo en este momento, Algún día se lo diría, o ella misma lo descubriría..

-Está bien..- Cogió de la bata al doctor y se lo llevó.

Cuando oí la puerta cerrarse, puse mis manos en la capa de Kalel. Toda mi vida había sido marcada por la profecía. Todo lo que había hecho o dejado de hacer, había sido para este momento, si era cierto que debía estar con ese hombre toda su vida, quería descubrirlo ya. Levanté la capa despacio y fui descubriendo la marca, era hermosa, a diferencia de la mía que parecía no tener sentido, la de Kalel era un árbol, sin embargo en el centro faltaba algo, miré a mi marca y fui trazando en la piel de él los nudos de la mía. Era cierto, era mi caráid. Mi marca encajaba perfectamente en la suya pero.. ¿Fuego y Tierra? Yo era claramente la llama, pero ¿como la llama puede ayudar al árbol? No tenía sentido. 

"Y cuando las almas se junten, y las marcas estén completas, florecerá de ellas una semilla, la semilla que quemará y curará al mundo a partes iguales, más solo cuando las almas acepten el compromiso la llama ayudará al árbol y el árbol a la llama a sobrevivir"

La profecía era clara... pero los arboles ardían al paso de la llama. ¿Era tan cruel el destino de permitir que yo tuviera que asesinarle? ¿Debía abandonarle cuando la primera parte estuviera completa?

Perdida en mis pensamientos no me di cuenta de que el me observaba. Observaba mi marca. 

-La llama...- dijo dándose la vuelta e incorporándose sin dejar de mirarme.

-El árbol.. -le miré a los ojos sonreí intentando ser amable- La fuente de vida...

-Eso te convierte en mi muerte.

Me quedé helada. ¿Acaso él podía oír mis pensamientos?

-No voy a hacerte daño- susurré

-Ya lo has hecho, llevo aquí conectado a esas estúpidas maquinas cuanto ¿Semanas?

Me puse recta. Ese hombre era odioso. No podía ser mi caráid. No importaba lo que la profecía dijera. No importaban las marcas. Jamás daría nada de mí a ese hombre.

-¿Quieres pasar más tiempo conectado?

-¿Quien va a mantenerme conectado, princesita?¿Tú?

-Ya lo hice una vez ¿Quieres ver como lo repito?

La Profecía de los MarcadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora