Las primeras horas de clase habían transcurrido normales, no había pasado nada fuera de lo común.
Michael y Luke iban en el mismo grado y salón. Era esa una de las razones por las que eran buenos amigos.
Faltaban cinco minutos para que la campana sonará y pudieran ir a su recreo y poder atacar la cafetería ya que ambos amaban comer y se podría decir que compraban el doble de lo que dos personas pueden comer.
Luke escuchó bufar a Michael por las extrañas ecuaciones que hacía su maestro de matemáticas en el tablero. El teñido no era muy bueno en esa asignatura y la mayoría de veces la perdía o la pasaba raspando. Luke por lo contrario era bastante bueno y en ocasiones le ayudaba a su amigo.
La campana sonó y el oji-verde dio un inaudible grito de emoción, estaba desesperado por salir, pero, su amigo se estaba demorando mucho por guardar sus pertenecías.
—¡Luke! Rápido—dice exasperado Michael quedando enfrente del rubio
Luke levantó la mirada hacía su impaciente amigo.
—solo me falta guardar unos libros.
Michael sin previo aviso tomó lo que se encontraba sobre el pupitre del rubio y lo tiró dentro de la mochila sin importarle acomodar las cosas, tomó la mano de Luke y salió casi corriendo del aula; el teñido estaba tan concentrado en salir que no se dio cuenta cuando la piel del rubio se erizo ante su toque.
Llegaron a la cafetería, como se podía esperar estaba llena de estudiantes de todos los otros grados. Luke se logró escabullir entre la multitud, cuando menos se lo esperaba ya estaba de nuevo a su lado con comida entre sus manos.
Fueron al patio trasero; su lugar.Edite este capítulo mientras escuchaba ease. No saben cuan obsesionada estoy con blue neighbourhood.
Espero les guste este capítulo, comenten idk