Era sábado, día de dormir todo el día ¿o ese era el domingo? Eso no le importaba al rubio, él sólo quería dormir todo el día. No le importaba que tuviera que ayudar a su madre en su casa, sólo iba a dormir.
El chico estaba en un profundo sueño, así lo encontró el teñido.
«te ves lindo así». Pensó el teñido —ahora— de rojo.
Michael sonrió en su interior y sin pensarlo se le tiró encima al cuerpo inmóvil de su amigo para despertarlo.
Luke soñaba que estaba en un bosque caminando con Michael, iban tomados de sus manos. En su sueño ellos dos eran novios; de un momento a otro, se detuvieron, el teñido tomo las delicadas mejillas suyas e iba acercándose lentamente. Estaban a punto de unir sus labios cuando el rubio sintió un gran peso caer sobre él.
Inmediatamente abrió sus ojos, su mejor amigo se encontraba al frente de su rostro mirándolo fijamente, el menor sonrió nervioso mientras negaba.
-—buenos días—saludó el rubio, su voz se escuchaba ronca debido a que apenas se había despertado.
—buenos días.
—¿qué haces aquí?—preguntó Luke sentándose en su cama.
—vine para que pasáramos un día juntos—sonrió—. Creo que te lo debo.
Luke frunció el ceño.—¿por qué lo dices?
—ayer me fui con Mary, te deje ahí tirado, solo, después de que habíamos quedado en estar juntos toda la tarde. Me siento muy mal por ello—confesó.
Luke intento reprimir una sonrisa, ese era su amigo, siempre era tan dulce y tierno. Cualquier persona que obtuviera su amor, sería la más afortunada del mundo. Y si, el quería ser esa persona.
Ambos chicos caminaban por las calles de San Francisco. Michael le había preparado una "sorpresa".
—¿a dónde vamos, Mi?—preguntó el rubio sentándose en una banca.
—sorpresa—contestó Michael recostándose sobre una pared; Luke rodó los ojos.
Ambos chicos esperaban el bus para poder ir a dónde fuera que Mi tuviera pensado llevar a su amigo.
Luke estaba impaciente en su asiento de bus, Michael lo sabía por el constante movimiento del pie del rubio.
—¡llegamos!—michael se levantó rápidamente de su asiento, ahora él era el impaciente.
—aquí no hay nada—comentó el de ojos azulados un poco decepcionado.
—aun no llegamos—lo tomó de su mano y lo comenzó a guiar por algunas calles.
Luke se quedó sin palabras cuando vio la sorpresa de su amigo, él siempre había querido visitar ese parque. El teñido lo había llevado al Golden Gate Park.
La pasaron increíble ahí, fueron al jardín Té Japonés, también fueron al "conservatorio" de flores. Había sido uno de los mejores días del menor.
Let me under your skin