Capítulo 11

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CAPÍTULO 11.

Amy.

Tocan la puerta de mi habitación lo que me hace gruñir y levantarme de mi cómoda cama para abrir la puerta y atender a aquella persona que está cada vez más impaciente.

Cuando abro la puerta, me encuentro con Alexa que me mira impacientemente, yo enarco una ceja hacia ella para que se explique qué carajos hace en mi habitación a las seis de la mañana.

— ¿Qué sucede? —le pregunto con la voz ronca y tallo mis ojos con el dorso de mi mano esperando su respuesta.

—Cambia tu atuendo, te veo en la Sala de Controles en diez minutos, hay una junta importante —me dice y asiento un poco confundida. Desde hace un mes que no hay este tipo de juntas a esta hora, ¿qué es lo que quieren hablar?

— ¿Ahora mismo? —pregunto haciendo una mueca y la castaña da un duro asentimiento.

—Ahora. Date prisa —asiento en respuesta y ella se va corriendo hacia donde ella segundos antes me mencionó.

Cierro la puerta un poco confundida y dubitativa por la extraña actitud de Alex, sin embargo, hago lo que me dijo. No tengo tiempo de tomar una ducha rápida, así que sólo me lavo la cara con agua fría, me cambio mi atuendo al del entrenamiento y me pongo mis botas de color marrón.

Salgo de mi habitación cerrando la puerta detrás de mí y camino hasta la Sala de Controles. Pongo el código para entrar, y me impresiono al ver a los comandantes hablando seriamente, así como a Tiffany y Jason, que tienen la mirada perdida en el centro de la mesa, también a Matt e Iván, y otras personas que no logro reconocer.

—Amy, toma asiento —Alexa me dice cuando me ve entrar a la Sala de Controles, y tomo asiento.

— ¿Todos han llegado? —Cort pregunta con voz áspera y determinante.

—Falta su amigo —escucho a Jason a un lado de mí y sé que se refiere a Michael.

—Ese chico no va a presentarse en esto —Matt dice y cuando lo veo, está poniendo los ojos en blanco.

—Iré por él —hablo captando la atención de todos y me levanto de la silla sin esperar una respuesta de regreso.

Salgo de la Sala y me encamino hacia la habitación de Michael. No he hablado con él en dos semanas, las pocas veces que hablamos siempre terminamos llorando o gritándonos. No me gusta su actitud que ha optado, pero, lo comprendo y no puedo hacer nada para cambiar su actitud distante, aunque me suene familiar.

Toco la puerta de su habitación y suelto un largo suspiro. La puerta se abre minutos más tarde y Mike me fulmina con la mirada, sin antes mirarme de abajo hacia arriba prejuiciosamente.

— ¿Qué es lo que quieres? —me pregunta secamente y enarca una ceja hacia mí mientras se acomoda en el marco de su puerta cruzándose de brazos. Su tono con el que me habla no hace más que hacerme enfadar y no entiendo por qué.

—Te esperan en la Sala de Controles —le digo y tenso la mandíbula cuando comienza a reírse. ¿Por qué ha comenzado a actuar como un jodido demente últimamente? Ya nada le interesa.

—Tonterías. Sabes que no voy a asistir a sus estúpidas juntas que nunca logran resolver nada —pongo los ojos en blanco, y sin pensarlo, lo tomo del cuello lo más fuerte que puedo metiéndolo de nuevo a su habitación lo que provoca que su espalda impacte contra la pared fuertemente, él sonríe mirándome a los ojos después de haber soltado un quejido de dolor.

Dark Mind 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora