Rompiendo las reglas

143 15 3
                                    

Luego de contarme la historia, que resulto ser suya, Alex simplemente se levanto en silencio y dirigiéndome una ultima sonrisa camino lento hasta de un momento a otro desaparecer el en aire, me seguía asustando la velocidad que poseen los vampiros. Decidí pensar un rato mas acerca del tema y así decidirme si quería realmente verlo o era mejor ignorarlo. Camine por el jardín en el que estaba, se encontraba lleno de violetas, eran preciosas, me senté un momento para descansar luego de un buen rato de pasear y sin darme cuenta que estaba tan cansada me fui quedando dormida...

____________________________________________________________________________________

En una habitación se encontraba un chico de mirada borgoña, parecía preocupado, hace un rato la chica que no abandonaba su mente había huido de él al enterarse de algo de lo cual no debería haberse enterado, jamás. El chico había decidido no seguirla, como se lamentaba ahora. Ella aún no volvía, pero él sabía que ella no abandonaría, si no lo dejo luego de que la asustara la primera vez que bebió su sangre, ni cuando espanto al único humano con el cual pudo haberse relacionado, probablemente ahora tampoco lo haría. Pero el hecho de que aún no volviera a la mansión lo inquietaba.

-Alex- dijo al sentir la presencia de una de las pocas personas con la cual pudo hablar de su amor por Julianna. Un presiado amigo para él, también era alguien quien no lo juzgó por volver a sentir algo por otra humana.

-Mi señor.

-¿sabes don...

-está dormida en el jardín de violetas.

-gracias.

A su velocidad sobrehumana fue al jardín que acababa de mencionar el otro chico, encontrándose con una dormida Rose.

Suspiro...

-ahhh, ¿qué haré contigo?- sonrió feliz al poder verla tan pacifica y dócil, probablemente dormida como estaba ahora sería la única manera en la cual no lo evitaría. La tomó en sus brazos y caminando pacíficamente, alargando el momento de sentirla contra su pecho. la llevo a su habitación, la dejo en la cama y se retiro a su propio cuarto, sabía que aunque quería quedarse, no debía, por que en estos momentos ella no querría ni verlo.

____________________________________________________________________________________

Desperté sintiendo la luz del sol en mi rostro, mire en reloj, eran las 3 de la tarde, lógico que me despertara tan temprano si anoche me dormí a las 2 a.m. entonces me di cuenta de que estaba en mi cuarto, lo más probable es que Dimitri me hubiera hallado y traído, esa idea me hizo sentir un fuerte dolor en el pecho, no quería que él me tocara, no después de saber que solo me trataba así por mi abuela. no quería salir de mi cuarto, no quería cruzarme con él, no quería verlo, ni ahora ni nunca.

Entonces me di cuenta de que me estaba portando como una niña caprichosa, no podía simplemente no salir, vine aquí con un propósito, no de vacaciones, se supone que no me debe importar si él solo me trata bien por mi abuela, al contrario, es una ventaja por que significa que no me dañará.

No me dañará...

Se me ocurrió una idea, pero era una locura, mejor no. Pero estaría interesante, además después de todo el también rompió las reglas, no puede enamorarse de la comida, auch, otra vez ese dolor en el pecho.

¡Maldición!

Estaba decidida, lo necesitaba, el no era quién para mandarme sobre qué estaba bien y estaba mal luego de lo que me enteré ayer.

Salí de mi habitación tan nerviosa como ansiosa, nunca había desobedecido a nadie, así que se sentía raro, nuevo, un poco excitante a decir verdad. Al darme cuenta de la ausencia de quien sea en el pasillo, vi el camino libre, baje por las escaleras, segundo pasillo, nada, baje por la gran escalera fui hasta la arcada al lado de ésta, pase el salón de baile, el comedor y la biblioteca y llegue al jardín de rosas azules, allí estaba Ed jugando y corriendo por el jardín, estaba con Dimitri, este lo miraba con una sonrisa melancólica, quise acercarme hasta que la voz de William sonó en mi cabeza acusando a Dimitri de amar a mi abuela, entonces me arme de valor otra vez y aprovechando la fuerte abstracción de él me fui, tenía mas o menos orientado donde estaba en oeste, donde se encontraba el acantilado, por la posición del sol, que estaba delante de mi, cambiando de rumbo fui hacía la abadía, luego de lo que me parecio una eternodad, y de varios descansos cortos, llegue a la dichosa abadía. Entre. Estaban en descanso los alumnos. Todos tenían su uniforme. O al menos la mayoría. Yo llevaba una camisa negra olgada y unos jeans con mis botas, busque con la mirada pero nada. Fui hasta unos chicos y pense preguntarles. Pero por como me miraban cambie de idea. Suspire. Tal vez... Podía hecharle un vistazo a su habitación. Solo tal vez.

Me dirigí allí con esperanza toque y salió un muy dormido Austin con sus cabellos mas revueltos que de costumbre, y frotandose un ojo. Parecía un niño. Le sonreí. El me miro asombrado. No podía creer que estuviera allí. Me sonrió ampliamente.

-¡Rose!-Dijo se lanzó a abrazarme, mi falta de tacto y mis reflejos hicieron que me corriera bruscamente haciendo que él tropezara y callera al piso. Me agache apenada a su altura viendo como se encontraba.

-lo siento. Supongo que no va contigo tanta demostración de cariño.

Le sonreí y asentí, Austin se paro frotandoce en codo. Lo tome con cuidado para ver que tan mal estaba. Tenía un pequeño corte, así que lo lleve adentro asustada y me dirigí a su baño buscando con que desinfectar la herida.

-tranquila no me arde. Es solo un pequeño cortecito.

Yo llegue con el botiquín en mano negando con la cabeza. Esto fue mi culpa. Sabía que el no quizo asustarme pero aun así no pude evitar que mis reflejos se activaran.

Le lave y desinfecte el corte y le puse una bandita. El me miraba atentamente. Lo mire como preguntandole.

-oh, perdón es que hace mucho nadie se preocupa por mi. En el internado son muy atentos todos, pero no es como en casa. ¿Tu extrañas a tus padres?

Hice una mueca sin poder evitarlo.

-Oh, lo siento. No debí...

Le sonreí para tranquilizarlo.

-Enserio que tienes la sonrisa mas bonita que vi.

Me sonrojé un poco, pero aun así le dirigi una sonrisa timida.

Sabía que estaba mal el estar con Austin y esto de ninguna manera era una venganza contra Dimitri, es solo que necesitaba un amigo. Alex había sido bueno conmigo, pero me refiero a un amigo normal... Un humano, Austin era el único que me sacaba esa sonrisa de boba que tenía en mis labios con sus torpes muecas y sonrisas.

Debía aceptarlo me gustaba estar con su compañia, y ahora que sabía que Dimitri no me iba a lastimar, ya no me asustaba llevarle la contra en esto. No iba a dejar ir a mi ¿amigo?

Silencio absoluto (#1 Saga: Mariposa nocturna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora