Silencio absoluto (#1 Saga: Mariposa nocturna)

Dimitri

Dimitri, ese nombre se me dió al nacer, me fue dado por mi amada madre, Lady Dianna, una hermosa mujer de cabellos blancos y ojos lilas, era simplemente hermosa, los vampiros tendemos a tener colores poco naturales de cabello y de ojos, eso ayuda a distinguirnos, cuanto mas cercanos a Isabela, la hija de Luzbel, más exóticas y bellas nuestras cualidades físicas. Mi madre, una mujer tan hermosa de cuerpo como de alma, mi dulce madre, la que con sus arrullos calmaba mis llantos, ella era mi familia, y murió en cuanto cumplí los 67, con tan solo la apariencia de 5 años. Los vampiros con la marca de Luzbel o satanás, estamos en la tierra con un objetivo, nos han bendecido con una segunda oportunidad de saldar deudas y redimir errores, pero no sabemos cuales, es una búsqueda que nosotros mismos debemos emprender, sino lo hacemos el eterno infierno es nuestro destino.

Mi madre se había redimido para cuando la inqusición la encontró y la quemó en la hoguera una noche de primavera, sueño con el día en que me dejen entrar al Edén y volver a verla.

La causa de la muerte de mi madre, fue mi padre, quien la acuso de bruja frente al consejo de nuestro pequeño pueblo. Mi padre, el aprendíz e hijo adoptivo de Edmond Reynald Redmoon antiguo enemigo de Connor blake, mi abuelo materno, mi madre, seducida por Sebastian Blackhorse, mi padre, huyó de su casa y se casó con él, teniendo a mis hermanas y a mi años mas tarde.

Al pasar el tiempo mi padre desapareció, y un día de la nada apareció ante el consejo acusando a Dianna de bruja. Yo fui el que vi, escondido tras una capa, como quemaban a mi madre una noche cálida, viendo como su cuerpo era consumido por las llamas. Mis lagrimas se deslizaban por mi rostro silenciosamente, ese día jure que pase lo que pase la volvería a ver.

Luego me vi en la responsabilidad de cuidar de mis hermanas, la protegida de mi madre, Ela, quien era hija de unos difuntos amigos de ella, y de mis amigos, sin saber exactamente que hacer fui a una iglesia, y recé, esa noche un clérigo apareció, y al ver mis ojos supo lo que era, fue como si hubiera visto mi alma. Tuve miedo, de no poder cumplir la promesa que le hice a mi madre, creo que eso fue lo que el clérigo vió, y por lo cual se acercó a mi.

-hola- dijo amable acercándose, yo retrocedí con miedo- no temas, todo aquel que viene en nombre del señor es recibido en esta iglesia.

-¿y si no vengo en nombre del señor? Usted sabe lo que soy.

-te vi rezar, cualquiera que quiera comunicarse con Dios viene a la iglesia. Veo tu miedo y eres un niño- dijo observador.

-temo.

-¿por que hijo mío?

-por mis hermanas, y amigos, y por mi, temo morir sin poder ver el cielo.

Él clérigo sonrió.

-te ayudare, ven mañana a esta misma hora aquí. Creo que puedo darte refugio. Te espero a las 12 en punto, ni un segundo tarde.

Y así el clérigo acudió a unos viejos amigos, no fue fácil convencerlos, pero a la noche siguiente todos ellos me conocieron y vieron lo que él vio. tuve que explicar muchas cosas. Pero finalmente decidieron ayudar. Uno de ellos tenía contacto con un monje en una vieja abadía. Le envió una carta, una semana después el monje acudió al llamado, me conoció, se reunió con los suyos y accedieron a ayudar, los terrenos de la península eran propiedad de la abadía desde que una familia fue acusada de brujería, así que al oeste aún se encontraba la mansión que hasta hace unos años ocupaban, la acomodaron, nuestro nuevo hogar, para que estuviéramos "a gusto" y un mes después habiendo contactado y reunido a mis amigos y un allegado de uno de ellos llamado Alex, partimos.

La convivencia no fue fácil al principio, pero nos volvimos un grupo unido, yo personalmente luchaba día a día por encontrar un sustituto a la sangre humana fresca, que me obligaba a pedir a la iglesia, ellos me enviaban "novias", vírgenes que donaban su sangre por un bien superior, estas provenían de la familia Blue, un linaje de esposas que fueron siervas fieles de vampiros o donadoras de sangre en el pasado.