Mansión True Blood

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¿Cómo serían los vampiros?¿serían como Drácula?¿Serían seres guiados puramente por el instinto? Ahora que conocí a mi abuelo quería volverlo a ver. Pero no podía retractarme por miedo, no, mi abuela que me miraba desde el cielo se decepcionaría, y eso no lo permitiría, además si yo no hubiera aceptado, otra pobre chica estaría en mi lugar, no, no podía, ¿cómo sería Dimitri? Un viejo de 40 con pelo negro con demasiado gel para el cabello, con unos penetrantes ojos azules que me verían con perversión y sarcasmo, de seguro me hablaría como si fuera estúpida.

Enredada en mis pensamientos estaba, hace cerca de 2 horas que salimos de la ciudad de Londres y seguíamos viaje, en realidad yo lo disfrutaba así que quizá había sido más tiempo, seguimos un largo, realmente largo camino hasta que las casas ya no se veían y solo árboles gruesos estaban en el lugar, mucho verde, a mi me gustaba así que no me podía quejar, el sol se estaba por poner cuando finalmente llegamos a un pueblito, allí las casas de piedra y calles adoquinadas se veían como si fuera sacado de un cuento, era realmente simpático, aunque la niebla lo hacía realmente de terror al cuento. Eso me dio curiosidad, quise salir del coche para ver el pueblito, pero recordé que no me encontraba aquí por diversión. Tenía una misión que cumplir "solo un año" pensé y suspire.

Salimos del pueblito dejándolo atrás, media hora después empecé a divisar entre los árboles el que sería mi nuevo hogar, una mansión estilo victoriano de más de 500 años, era realmente inmensa e imponente, aunque un poco apagada, realmente nunca vi una arquitectura tan hermosa, el chofer frenó y yo baje, este me alcanzó mi pequeño bolso y yo lo tomé con ambas manos. Luego de eso el conductor me deseó una tranquila estadía y se marcho dejándome sola y en completo silencio, comencé a sentirme tensa...

Di el primer paso luego de un suspiro largo y camine lentamente y con mucha, mucha calma hasta el portón, una vez allí vi el candado, "tal vez no esperaban que llegara hoy", grande fue mi sorpresa cuando las pesadas cadenas simplemente cedieron, terminando en el piso, empuje el pesado portón y este se abrió con un suave ronroneo, camine con cuidado de no hacer mucho ruido, mis pasos eran suaves, aún así era obvio que ellos sentirían mi presencia igual, pero me hacía sentir mejor que llegar haciendo toda una demostración sonora. Camine por el bellos jardín de rosas blancas, hasta la entrada, las grandes puertas de madera esperaban por mi, iba a dar el primer toque cuando la puerta simplemente se abrió, no me sentía segura de pasar, pero lo hice al final luego de unos segundos de duda, avance ligera por el gran vestíbulo, tenía una gran alfombra roja y conducía a una escalera que terminaba justo del lado izquierdo, los cuadros que adornaban el lugar eran grandes y un tanto grotescos, todo en si mostraba lujo y estaba sobrecargado de colores brillantes en verde, violeta, rojo y negro, muy... gótico, me sentí positiva de pronto. Pero todo ese positivismo se fue cuando recordé por qué estaba aquí.

En la pared derecha se formaba un arco y se entraba a un pasillo toda la inmensa pared de la derecha estaba repleta de arcos con molduras que dejaban ver el jardín delantero, al final del pasillo gire a la derecha por donde este seguía y la primer puerta a la izquierda estaba abierta, era una puerta doble de madera con un tramado grabado en ella, entre y sentados en sillones estaban cuatro chicos y tres chicas, alumbrados solamente por el fuego de una gran chimenea. Esto les daba un aspecto mas terrorífico, ninguno aparentaba mas de 19 años, dos de ellas eran idénticas con cabellos cortos de un fuerte rojo, no como el mío, sino rojo furioso, como de un ferrari, mientras el mio era un rojo apagado, oscuro. La otra chica estaba sentada mas a fondo mirando hacia el ventanal en el fondo del salón donde se podía ver la luna llena, sentados en un sofá largo y rojo estaban dos chicos, uno de cabellos plata y el otro de cabellos pelirrojos claros, casi parecía rubio, casi, ambos estaban serios concentrados en su lectura, luego los otros dos sentados en sillones individuales en color caqui y verde botella, parecían tener una discusión con la mirada, todo estaba en completo silencio, en cuanto mi pie cruzo la línea de entrada todos me miraron con sus ojos, los de los chicos últimos eran de color celeste y verde sin embargo al verme todos tenían la vista roja encendida, de un color tan intenso como la sangre, como emitiendo luz propia, me asuste y retrocedí. La luz del fuego se extinguió y lo único que podía distinguir con claridad eran sus ojos.

-la asustan.-sonó una voz tan profunda como suave, era melodía para mis oídos, todos esos ojos automáticamente dejaron de lanzar destellos hambrientos y volvieron a su color normal, el fuego volvió a aparecer como por arte de magia, la voz provenía del fondo de la habitación, me costo un poco pero pude ver la silueta delgada aunque de porte fuerte y alto, muy alto. Este volteo, tenía unos ojos color borgoña apagado, parecían cafés pero se notaba con la luz de la luna el tinte color vino en estos. Me sonrió.

-hola, soy Dimitri Alesandro Blake. Tu debes ser Blue, Rose. Mi "novia"- lo dijo de una forma tranquila, despacio, parecía que sus palabras fluían, me estaba atrapando y lo sabía, sentía como mi cerebro se adormecía lentamente, no, no lo permitiría, pestañee fuerte y pude terminar de inspeccionarlo bien, nariz fina, cabello castaño en corte rebajado hasta el cuello lacio, ligeramente desarreglado, muy ligeramente, como si una suave brisa lo hubiera acomodado, un poco de flequillo, que mas entrarían en la categoría de mechones rebeldes que se iban a su frente, era pálido, excesivamente pálido como todo el resto, tal vez un poco mas que los otros. Oh claro, el no puede beber sangre que no sea de su "novia", es decir, la mia, por lo tanto debe de estar... sediento. Me puse rígida.-tranquila, no te haremos daño.-dijo muy delicadamente, aunque estaba muy lejos de mi, de pronto se encontraba a mi espalda. Me puse aun más rígida cuando sentí como suavemente acariciaba mi hombro- tranquila...-susurro cerca de mi oído y de pronto todo se sintió bien, como si todo estuviera en su lugar, estaba relajándome... Diablos, entró en mi cabeza.

Lo mire entre enojada y confusa. Se suponía que no podían usar sus poderes mentales con humanos sin una necesidad.

-te veías a punto de desmayarte de un paro al corazón, mi deber es evitar que nada te pase mientras seas mi "novia". Así que tranquila, estarás a salvo mientras estés conmigo. Déjame mostrarte donde te quedaras, el viaje debió dejarte agotada.

Y así nos encaminamos juntos a mi habitación, yo iba unos pasos detrás de él, recorrimos el pasillo hasta el vestíbulo y subimos las escaleras, me recordaban a las de una mansión embrujada de cuentos, todo estaba alumbrado con candelabros con velas, era muy lindo, claro que nadie en su sano juicio diría que es lindo un lugar tan tenebroso, pero yo no soy cualquier persona, soy la "novia", me sonaba raro llamarme a mi misma así...

Llegamos a un pasillo de habitaciones, lo recorrimos hasta el final y la última habitación la abrió, otra escalera, la subimos el tercer piso solo tenía 2 habitaciones. La primera del pasillo era la mía. Me abrió la puerta y se corrió dejándome entrar haciendo un gesto con la mano de que entre.

La habitación era hermosa, contaba con una gran cama alta de madera oscura con sabanas negras, colcha violeta oscuro, y las almohadas eran también violetas con volados negros en las puntas, en las dos mesitas de luz a cada lado de la cama de madera oscura que hacía juego con la cama, un candelabro de velas rojas estaba encendido alumbrado. Un espejo de cuerpo entero con marco color ocre con un diseño muy lindo. Un librero con algunas cosas, como libros y cajas musicales, y un tocador antiguo con un cepillo y unas joyas, también había una puerta que debía conducir al baño y un ropero de madera oscura para completar el juego con la cama y mesitas.

En síntesis era perfecta para mi. Agache la cabeza con una pequeña sonrisa dudosa en forma de agradecimiento.

-Espero te guste, todo lo que está en la habitación es tuyo, perteneció a tus antepasados, y ahora pertenece a ti, oh y... no te preocupes por las reglas que te impusieron, cosas como quedarte en tu habitación y no mirarnos a los ojos, son solo cosas de la iglesia que a pesar de años de estar con ellos nos siguen temiendo, puedes andar libremente por la mansión, si necesitas algo mi habitación es la del final del pasillo, no dudes en consultarme.

Y con eso se retiro. Me di la vuelta para encontrarme con un vampiro rubio de ojos azul celestes, que me miraba, era uno de los que estaba teniendo la pelea de miradas con el otro.

-hola, soy William, pero todos me dicen Will- lo dijo muy alegremente, algo que me pareció no encajar con el perfil que tenía en mi cabeza de un vampiro.

Asentí en signo de comprensión.

-no hablas mucho- sonrió- eso me gusta- dijo y se fue acercando a mi lentamente, yo fui retrocediendo, un paso yo, un paso él, así hasta que choque con el tocador, apoye mis manos en él para no caer, y él se aproximó a mi lo suficiente como para que su nariz rosara mi cuello. Sentí como sonrió.

-sera divertido- dijo y de un momento a otro ya no lo sentí más. 

Abrí mis ojos, no note cuando los había cerrado, y note que estaba sola en la habitación, me apresure a cerrar la puerta, me apoye contra ella y suspire. Demasiadas emociones para un día.

Me senté en la silla roja de terciopelo que estaba frente a la cama, ubicándome frente al espejo del tocador, tome un poco de crema y algodón de mi bolso y me desmaquille. Luego me desvestí y me puse un camisón blanco de esos de antaño largos, regalo de los monjes. Tome la colcha y las delicadas sabanas y me acosté no tarde en conciliar sueño, estaba realmente agotada, sin darme cuenta, apenas mi cabeza toco la almohada, ya todo se había vuelto negro.

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En la habitación, dormía pacíficamente una señorita de no más de 17 años, aunque parecía más joven sin todo el maquillaje, estaba relajada y tranquila, desde un costado de la habitación vigilando su sueño un par de ojos rojos resplandecientes pertenecientes a una figura alta de complexión fuerte y delgada.

-dulces sueños, Rose...- se escucho la voz suave y profunda.


Silencio absoluto (#1 Saga: Mariposa nocturna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora