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El chico y la chica habían estado esperando en la fila  durante diez minutos, muy juntos para conservar el calor corporal en aquella fría noche.

Ella estaba golpeando su zapato contra el suelo con impaciencia, con los brazos cruzados delante de su pecho.
Él le dio un codazo y dejó escapar su cálido respirar en el aire helado de junio.
La chica observó sorprendida mientras se copiaban sus acciones.

Para pasar el tiempo ambos respiraban tan fuerte como pudieron, aquello causó que sus respiraciones se volvieran agudas en cuanto se detenían.
Muchas personas confundidas observaban a los jóvenes y su comportamiento extraño.
Especialmente el hombre que corría la rueda de la fortuna, él los hizo pasar en el siguiente asiento vacío.

La chica saltó directamente en el asiento basculante, y el chico tras ella con voz temblorosa.
"Esto va a ser divertido", la chica llegó a la conclusión, envolviendo sus pálidas manos alrededor de las del chico.

Ambos voltearon a verse, mirando detenidamente el brillo que de sus ojos destellaba como estrellas en el firmamento.

Viajes en el autobúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora