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Si al darse cuenta que él no estaba en el autobús, al terminar de leer el mensaje sintió que una parte de su alma y corazón se desvanecía poco a poco.

En cuanto pudo anunció al chofer que se detuviera.

Bajó de un brinco, y corrió lo más rápido que pudo al hospital central.

En la entrada la recibió una señora de su estatura y de unos 56 años.

-¿Eres la amiga de mi hijo Alex? -preguntó la señora con vos temblorosa.

-Sí. –respondió ella.

-Ven, te llevo. –dijo la señora tomándole de la mano y guiándola hacía la habitación.

Viajes en el autobúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora