Drink Me (HIATUS)

Galantería

DRINK ME

Capitulo 2

Haru: Oh vaya, le estaban coqueteando.
No se lo esperaba.
Sin embargo, sonrió un poco. Al contrario que otros clientes que solían decirle cosas parecidas, él no era tan desagradable. Seguirle el juego, aunque no era lo mejor, le pareció una excelente idea.
-Pensé que no estabas interesado. Toda la noche has ignorado a todos los que se te acercan -se había dado cuenta porque escuchó a una de las chicas quejarse cuando le pidió una botella de agua.
Eso le daba curiosidad. Rechazar a una mujer tan linda y que, encima, iba desnuda, no era común.

Sousuke: -Digamos que mis gustos son... exigentes- respondió, un tanto sorprendido de que se hubiera dado cuenta del nulo interés que le habían despertado todas aquellas personas que se habían acercado a él.
-Y tampoco me gusta lo fácil- se encogió un poco de hombros y sonrió. -Es una lástima que el único que ha captado mi atención esté fuera del sistema...- terminó su copa, y se giró un poco a ver a su invitado. Era una pena, dormido sobre la mesa con la ropa mal acomodada y montones de besos marcados por su cuello y mejillas. Casi tenía toda la cara roja. Era hora de llevarlo de vuelta.

Sacó el efectivo para cubrir todas las bebidas y lo dejó sobre la mesa. El local empezaba a vaciarse y no quiso consultar la hora, a saber cuánto podría dormir esa noche.
-Creo que aquí nos despedimos, Nanase- le dedicó una sonrisa encantadora y tomó otro cigarrillo para fumarlo y aguantar despierto el camino en el auto. -¿Aún te quedas? Debo llevarlo a su casa...- señaló con la cabeza al hombre tras él. -Quiza pueda agradecer el trago llevándote a tu casa...- por esos ojos azules, no le molestaría hacer de taxi a esas horas de la madrugada.

Haru: Sí, definitivamente no se lo esperaba. Pero como ya había dicho, semejantes palabras esa ocasión no le molestaron. Quizá el mero hecho de servir tragos toda la noche le había afectado el pensamiento.
Y aunque, por supuesto, aceptar la oferta era sumamente tentador, no lo haría.
-Tengo que dejar limpio. Será en otra ocasión, Sousuke - y dicho, tomó el dinero y los vasos vacíos para comenzar su labor.
Con el corazón algo acelerado y una pequeña sonrisa en los labios. Había sido una noche interesante.

Sousuke: -En otra ocasión entonces- asintió y tras tomar a su cliente con facilidad, debido a su fuerza, salió del lugar. Para cuando llegó al lugar donde el otro vivía y entregárselo a quien supuso su esposa, se quedó estacionado. Reclinado en el asiento mientras contemplaba el cielo volverse más claro con el paso de los minutos. Debía descansar un poco antes de manejar de vuelta. Y agradecía infinitamente que fuera sábado. Nada de trabajo ni obligaciones. Podría dormir a gusto y después irse al gimnasio.

Pero no tenía sueño a pesar de su cansancio, así que encendió el último cigarrillo de su cajetilla y lo consumió mientras llegaba el amanecer. El azul del cielo no era tan bonito como el azul de los ojos que le habían atrapado detrás de la barra. Además... el rostro que los portaba también era bello. De facciones suaves, pero firmes. Le gustaba.

Y si, aunque consideraba una lástima que estuviera fuera de su alcance de "esa" manera. Eso no le impediría volver a verlo... hasta que su vista cayó en el anillo que portaba y sintió todo su ánimo caer en trozos directo al suelo...

¿Estaba pensando en ser infiel? ¿Qué demonios?

Haru: Apenas una hora después, finalmente el lugar quedó completamente limpio y listo para volver a abrirlo por la noche.
Con un pequeño suspiro, tomó su chaqueta y salió de ahí rumbo a su departamento. Justamente iba amaneciendo cuando divisó el edificio donde vivía y se sintió aliviado. Necesitaba descansar después de semejante noche, con más emociones y clientes de lo usual. Llegando al lugar, subió al elevador y presionó el número de su piso para llegar a casa.
Sin poder evitarlo, sonrió un poco al recordar la forma en que el de ojos de cielo había asustado al sujeto molesto. Eso había sido bastante increíble.
La sonrisa se amplió un poco más cuando, al buscar la llave de su departamento, se topó con la tarjeta de él.